Y como siempre… el doble se nos volvió nada. Nuestros empresarios y comerciantes son los más sanguinarios del mundo; desde que se huelen que a la economía le entrarán un par de pesos extras, empiezan a aumentarlo todo; no tienen alma. Suben todo de precio con el pretexto de la Navidad, lo peor que es que aquí, lo que sube no baja ni que le pongan un paracaídas…