Vivimos en una sociedad machista; tan machista es la sociedad, que a los hombres nos gusta ser quienes tomemos la iniciativa de enamorar a las mujeres, y si alguna mujer osa ser diferente, la tildan de «fácil». Injusto. Totalmente injusto.
Muchos hombres tenemos la costumbre de piropear a una mujer cuando nos gusta; y yo me pregunto: ¿por qué las mujeres no tiran piropos? ¿Quién les prohibió ejercer el derecho del piropo a las mujeres? ¿En qué versículo de la Biblia dice que las mujeres tienen prohibido piropear? ¿Lo prohíbe la Constitución? No. ¿Lo prohíben las reglas del Parché Chino? Tampoco. ¿Entonces?
Yo creo que las mujeres no piropean porque no les da la gana, porque cuando esa doña de mi casa coge pal salón o pal bingo, ¿quién le dice que no? Y fuera de mi situación personal, debo confesar que no es que a todas las mujeres les gusta recibir piropos porque antes eso era bien visto, eran piropitos inocentes, pero ahora hay hombres tan groseros que la lengua se les debería quedar machacada en medio de la avenida.
Volviendo al tema, si las mujeres ejercieran el «derecho» de piropear, sin duda dirían: