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PERICO ZANQUITUERTO

Escrito por: Rafael Pombo

Perico Zanquituerto

se huyó con un dedal,

y su abuelita Marta

no lo pudo alcanzar.

El corre como un perro

y ella como un costal,

y apenas con la vista

persigue al perillán.

Bien pronto se tropieza,

da media vuelta y cae,

y ella le dijo: «Toma»

«¿Quién te mandó a robar?»

Con un palo a dos manos

lo iba alcanzando ya

cuando siguió Perico

corriendo más y más.

De un cubo de hojalata

hizo luego un tambor,

de un huso viejo, espada,

y del dedal, chacó;

y al verse hecho un soldado

exclama: «¡Caracol!»

«Ni un escuadrón de abuelas

me hará temblar desde hoy».

Un ganso en ese instante

el pescuezo estiró

diciéndole: «¡Amigote!

¿Qué tal? clí, clí, cló, cló».

Ahí sí se echó de espaldas

el vándalo feroz

clamando: «¡Auxilio, auxilio!

«¡Que me traga este león!»