Escrito por: Wilson Díaz
Señores de la política:
Es imperdonable que con un país en plena rehabilitación, nuestra economía haya hecho crack, precisamente en el momento que empezaba a levantarse como una heroína.
No se concibe que Mari y Juana, se tengan que mudar para el Capo, porque aquí en la capital, algunas bestias las usen como mulas para transportar sus cargamentos, lo cual ha puesto en dudas que yo, en los hogares, CREA.
Y ya que la DEA ni lava ni presta la batea, se ha mantenido al margen de las injusticias, por permitir que, con los bienes de los narcos, algunos funcionarios hagan coca. Con la agravante de que en muchos colegios se niegan a darle clases alijo de cocaína.
Y no es que pretendamos convertir al país en un éxtasis, pero tampoco queremos que por sus sobredosis de metidas de patas, nos sigan cruzando la burundanga por nuestras propias narices, ya que por esa causa muchos de los hijos de nuestros albañiles siguen naciendo con vicios de construcción.
Llegó la hora de que nuestras autoridades eviten el pase de tanta droga, con una indiferencia que nos deja estupefactos y estupefacientes. Deseamos que nuestra nación se tome un ‘te-cato’ con hojas de yerbabuena, para que no sigan incautando nuestro sosiego, ya que como dominicanos somos adictos a la paz. Y eso debemos escribirlo en grandes carteles para no seguir inhalando el polvo de la derrota.
¡Gracias y a Dios que reparte suerte!
¡Si es que queda!