Se ha dicho hasta la saciedad que una mentira dicha muchas veces, se convierte en verdad; supongo que lo habrán escuchado, ¿no?
Aunque para mí, y muchos más, hay verdades que son mentiras, ya que no se ha podido comprobar la veracidad de estas afirmaciones, o más bien de estas creencias populares… Por ejemplo:
«El viejo mío sufre de perplejía».
«Si te acuestas sin lavarte la boca te lamen las cucarachas».
«Fulanita me ‘cortó’ los ojos».
«A Ramoncito le salió un ‘bacá’.».
«Chichío tiene la sangre de ‘maco’».
«Anoche dormí mal y cogí un viento».
«Al niño de Altagracita le hicieron ‘mal de ojo’’».
«No andes descalzo acabándote de levantar, que te pa’ma».
«Mi tío Chalío tiene la sangre sucia».
«A Marinito, el de Tatica, le da ‘la gota’».
«José le negó un chin de lo que comía a una embarazada y le salió un ‘anzuelo’ en el ojo».
«A Pepén le dieron una pedrá’ que lo laván’ en su propia sangre».
«A mi sobrinita le salió un ojo e’ peca’o».
«Chalín sufre de pecho apretá’o».
«Fulanita sufre ‘de la madre’».
«El tío Lilo tiene la ‘culebrilla’».
«Mi hermano Momón sufre del padrejón».
«Muchacha, deja de comer guineo que tú ‘ta en el desarrollo».