Hace tiempo que tenía el deseo de escribir sobre las bodas… ¡y no me venga usted a decir que no sabe nada de lo que le estoy hablando, porque todos los que están leyendo esta columna han estado en una boda! ya sea como invitado, como novio o, en el peor de los casos, como ‘lambón’. Y es que, si nos ponemos a ver detenidamente, en las bodas casi siempre pasa lo mismo: pasa una vieja con una bandeja repartiendo picaderas, luego pasa un mozo repartiendo bebidas; después pasa una carajita con un vestido largo y una canastita repartiendo ‘suveniles’…y, por último, pasa lo que tenía que pasar… Pasa la novia con un vestido largo, que para que no le arrastre ponen a un muchachito agarrándole la cola…yo me pregunto ¿es que los vestidos de bodas tienen que hacerlos que arrastren? Yo no he visto el primer vestido de boda que a la mujer le quede a la medida. Otra cosa que caracteriza a la novia es el velo… un velo que casi siempre le viene tapando la cara, ¿pero taparse la cara por qué? ¿Será que le da vergüenza hacer lo que tiene que hacer?
En las bodas siempre llora la madre de la novia, pero la del novio nooo… ¿es que a las mujeres, las madres las quieren más que a los hombres?…
Otra cosa que yo siempre me he preguntado…¿Por qué en las bodas, las cervezas las meten en tanques? Pero una cosa que no cambia en las bodas es el bizcocho ¿pero por qué siempre hay que celebrar las bodas con bizcocho? Es más, una boda sin bizcocho es como un gobierno sin corrupción… ¿pero, por qué no se celebra con una arepa, con un pan de batata, o con un pudín de pan? ¡Ah no!, siempre debe haber un bizcocho, y encima del biscocho siempre ponen dos biscuit que representan a los novios, ¿ustedes se han fijado en los biscuit? Siempre los novios son blancos y de pelo bueno, aunque el que se esté casando sea de diferente raza.
En todos los suvenires de bodas los novios son más grandes que las novias…eso es bullying, vayan pensando en que hay novios más pequeños que las novias. Al gobierno de turno que vaya tomando cartas en el asunto.