Escrito por: Fuáquiti
Hay una felicidad social que no corresponde con una felicidad real. Si se dan cuenta, hay personas que solo son felices delante de otros. Matrimonios que se besan solo cuando están rodeados de personas, hermanos que sonríen cuando se van a tirar una foto e hijos que besan a sus padres solo cuando están frente a una cámara. Con la redes sociales esto se ha acentuado, hay personas que retratan las comidas, sobre todo si son caras porque eso las hace parecer más felices. Matrimonios que se ven tan felices y un día nos sorprenden cuando explota el divorcio, y no lo entendemos porque se veían tan felices. Hay personas en las funerarias que lloran para el público, y hacen un show cada vez que llega al velatorio alguien nuevo, y después que cumplieron su cuota de lágrimas se callan y vuelven a llorar cuando llega una visita nueva. Familias que se van a una vacaciones aburridas y se visten y posan frente a un monumento para decir lo bien que la están pasando, y después que pasa la foto, que termina la pose ahí vuelven a su estado natural; después de esa pose aflora el odio, la desigualdad y el desamor que en verdad sienten. Particularmente creo más en el abrazo que se da a solas, en el beso íntimo, en la sonrisa pícara que se da entre dos novios cuando están a solas; en la complicidad de los hermanos para hacer felices a sus padres. Quiero volver a un mundo real en donde la risa no sea una pose de Facebook para aparentar una felicidad que nunca existió. Quiero besos regalados, sonrisas reales, abrazos no fingidos y una felicidad real, en vez de una felicidad social.
