Cosas que ponen a un hombre
a hablar solo sin saberlo
vengan todos a leerlo
aunque alguno se me asombre.
Sin que sea una hecatombe
hablará frente a un espejo,
como haciéndose el pendejo
con la mirada perdida,
si descubre la querida
que se está poniendo viejo.
Hablará con la mente en blanco
a veces bañando el perro
o camino a algún entierro
sentado en un viejo banco.
Contemplando algún barranco
con lágrimas incluidas,
y es que a veces la vida
nos golpea sin compasión,
que hasta por una traición
se habla solo a la deriva.
Se habla solo hasta en el carro
en el baño y en la calle
sin reparar en detalles
temblorosos como el barro.
Y comentan por el barrio
que te estás poniendo loco,
o que te patina el coco
porque hablas pendejadas,
pensarán mil canalladas
unos tantos y otros pocos.
Se habla solo hasta en el play
en lo que todos disfrutan
y si algunos se disgustan
pues que llamen a la ley.
Se habla solo en un cuartel
y también frente al cajero,
esperando mi dinero
pa’ tomar el autobús,
o maldiciendo a esta luz
¡que se apaga el día entero!