Escrito por: Wilson Díaz
Del jueves corphus se dice
de un burro dique que habló
porque un patrón lo explotó
desde entonces lo maldice.
Eso tiene sus matices
en la cruel desigualdad,
y el maltrato sin pìedad
de un infeliz animal,
que porque ese día pudo hablar
¡se libró de más maldad!
Lo que habrá dicho ese burro
tan sólo Dios y el patrón
dos testigos de excepción
sabrán lo de ese susurro.
Si lo sé quizás me aburro
de esa burrada infelíz,
que no pasó de un deslíz
o quizás de un irrespeto,
por un equino imperfecto
¡que soñó con ser felíz!
Me pregunto de soslayo,
¿cuál será más animal
si el patrón que trata mal
o el sofocado caballo?
Que al lomo dos pariguayos
lo acarrean full de to’,
desde vívere hasta block,
pasando por grava y arena,
y una sociedad muy ajena
¡sonríe a un selfie, y adios!
Pero sirvió pa’ que al menos
los burros fueran famosos
ricos y hasta poderosos
en toditos los gobiernos.
Si ese patrón fue un infierno
no se ganó el Paraíso,
fue tan malo lo que hizo
que el pobre asno le habló,
los de hoy dicen: «aló»
¡con sus i’phons y sus rizos!