La Batalla de la Fe
del gran Ezequiel Molina
a mí siempre me fascina
pues la pone donde es.
Con su gracia y su caché
pone a todos en su sitio,
por ser hombre de principios
todos ponen atención,
gobiernos y oposición
¡del Vicini hasta el Corripio!
De esas voces redentoras
cada día faltan más
porque es tanta la maldad
que se extrañan y se añoran.
Mensajes que se atesoran
en medio de la inmundicia,
que la droga y la injusticia
han sembrado por doquier,
que con vientres de alquiler
¡han parido su malicia!
Cada año baja duro
aunque ya sus fuerzas merman
más no deja que se duerman
ni el presente ni el futuro.
Con un público seguro
que le sigue y le venera,
es el fruto que la higuera
en su esencia nos negó,
más con la anuencia de Dios
¡mi esperanza regenera!