A dos días ‘tamos ya
del fin del dos mil dieciséis
nunca más lo vuelvo a ver
se va para el más allá.
Se habló mucha caballá
pero poco se cumplió,
nos queda pedirle a Dios
que hablen menos y hagan más,
que de tanto blá-blá-blá
¡Mi fe se desvaneció!
Ver el fin de los apagones
que me recojan la basura
o que la sindicatura
tenga todos sus camiones.
Son tantas las decepciones
que ya no creo ni en mí,
pobrecito mi país
esperando la salud,
hemos oído un alud
¡Basta ya! ¡ Por favor, ‘plis’!
Que enfrentarán la corrupción
que acabarán con la pobreza
muy ricas esas promesas
de ponerlas en acción.
¿Cómo avanza una nación
que se nutre de mentiras,
del que apara y del que tira
allante y bulto por ‘pipá’?
Nos llevan a to’ tiro pá…
¡el que ronca y el que aspira!
Para el dos mil diecisiete
espero cosas mejores
dudo que haya peores
merecemos otra suerte.
Este pueblo ha sido fuerte
desde su Restauración,
y hay una generación
que no aguanta mucha vaina,
que prefieren las polainas
¡a morir de inanición!