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La décima parte

Escrito por: Wilson Díaz

Han salido a la gatera
los dos caballos morados
dejando desesperados
a los que están en la acera.
Con la esperanza certera
de colarse en el pilón,
aunque sea de refilón
dependiendo lo que pase,
aunque no muestren sus ases
¡el León y el Danilón!

Mitin multitudinario
y eventos de cabecera
por la posición cimera
en pulseo extraordinario.
En tanto los adversarios
ruegan al santo varón,
se bajan medio galón
y sueñan con la poltrona,
pero tienen la corona:
¡el León y el Danilón!

Los del comité central
ya no hallan cómo hacer
para intentar detener
esta batalla sin par.
Cada toro en su corral
es dueño, amo y señor,
que calienta como un sol
sin que una nube lo agarre,
mientras hacen sus amarres:
¡el León y el Danilón!

La nación se paraliza
y hasta la Junta Central
que ya no quiere ni hablar
del arrastre que hipnotiza.
Y actúa sin cortapisas
la dispersa oposición,
que se para en atención
toda tensa y pesarosa,
por si resuelven sus cosas:
¡el León y el Danilón!