La crisis, como todas las cosas en la vida, tiene sus pros y sus contras, o sea sus Virtudes y sus Hubieres; porque en la crisis caminamos más y comemos menos; entonces nos economizamos el dinero del gimnasio.
Otra ventaja que tiene la crisis, es que nos hace más fieles, porque con la crisis o te quedas con la mujer o te quedas con la querida, con una de dos; porque con lo que ganas no puedes mantener dos casas, ni complacer los gastos de dos mujeres.
Con la crisis pasamos más tiempo con los muchachos. Es más, llega un momento que pasamos tanto tiempo con ellos, que se ‘quillan’ con nosotros, porque como el horno no está para galletitas, no hay más que un solo televisor en la casa y, en el momento que ellos quieren ver sus programas, nosotros queremos ver las noticias.
Con la crisis nos ponemos más sentimentales, lloramos con cualquier película con la que nos sentimos retratados, nos ponemos noveleros y peleamos cuando se va la luz y, como no tenemos inversor, no podemos ver el final de la novela.
Nos convertimos en perseguidores de especiales de supermercado. Compramos películas para verlas en la casa en familia y así evitar gastar por lo menos dos mil pesos, que se gastarían con la compra de taquillas, palomitas y refrescos.
Otra de las ventajas de la crisis es que nos volvemos creativos, y hasta nos convertimos en detectives, para descubrir cuál es la clave de WIFI del vecino. También nos convierte en mejores vecinos, ya que como sabemos que en cualquier momento, tendremos que molestarlo, para que nos dé una ‘jumpiadita’ o para que nos dé ‘una bola’; entonces nos ponemos alante y cuando lo vemos empujando el vehículo, somos los primeros que llegamos a ayudar.
La crisis nos estimula la memoria emotiva, volvemos a reaprender matemáticas, volvemos a leer libros que ya habíamos leído y ponernos ropa que ya habíamos olvidado que existían.
Nos convierte en taxistas familiares y de algunos amigos, que nos echan la gasolina con tal de que lo llevemos a algunos lugares, en el vehículo que aún conservamos.
La crisis nos hace más tecnólogos, utilizamos mucho el Internet para economizar gasolina, para evitar comprar un libro y hasta para evitar pagar consultas médicas; con la crisis aprendemos a auto medicarnos, ya que al poner los síntomas en Google, ahí mismo nos sale qué enfermedad nos está atacando.
