Una pobre senadora
de fuera de la capital
dio declaración sonora:
«mi sueldo me trata mal».
Ni pa’ una botellita de agua
ni pa’ un potecito de sal
ahora el pueblo dominicano
se ha puesto a recolectar.
Los guardias han puesto mil
de su sueldito cebolla
para ayudar a la estrella,
de la pobre senadora.
Las maestras de las tandas
con todo y cobrar así,
sacaron de su pensión:
también pusieron su chin.
Las compañías de agua
hicieron su recolecta
¿el acopio? en el Senado:
(la cantidad es secreta).
Las empleadas domésticas
las que se prostituyen por pan
y las que le cuelan café
no han dejado de donar.
Esas viven donde quiera
y comen solo si hay,
pero sacan su’ chelito’
¡Cuánta virtud hay en dar!