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Jade y los amigos inseparables, de Luis Felipe De Jesús Ulerio

Escrito por: Karina Castillo

La historia titulada Jade y los amigos inseparables, es la primera de una trilogía infantil escrita por Luis Felipe De Jesús Ulerio. La misma inicia describiendo el punto exacto del planeta Tierra donde vivía la protagonista: Una casa albergue para niños en un pequeño pueblo, “enclavado entre conucos”, de la región norte del país o Cibao.

Jade era una niña de “piel quemada por el sol y a la que le encantaba jugar” pero que, sobre todo, amaba las historias. Y es por ello que, cuando un señor amigo de los niños les visitaba para contar unas cuantas, ella se sentaba a escucharlas debajo de un árbol frondoso, junto a la perrita que allí vivía, y a la que llamaban Titi.

Y es así como comienza “otra historia dentro de esta historia”. En ella, nuestro autor nos cuenta acerca de un niño cuyo nombre era Luisito y de cómo este se hizo amigo de un ratón. En su inocencia, pensaba que los animales podían romper la barrera de su instinto natural y convertirse en “amigos”. Es por ello, que no dudó ni un momento en dejar dentro de la casa a su perro Chivilo, junto al gato Michu y el pequeño roedor, al que nombró Micky, mientras salía de la casa con sus padres. Y es que Luisito “no conocía de rivalidades” entre canes y felinos, ni mucho menos que los últimos se alimentaban de ratones. Grande fue su sorpresa, cuando le cuenta a su padre de su hazaña y este preocupado, le dice que estos tres animales no se llevan entre sí. Sin embargo, mayor fue su impresión cuando casi llorando, al regresar a la casa, descubre que los animalitos estaban sanos y salvos y hasta parecía que estuviesen “jugando”. Luisito por fin respiró y exclamó: “¡Más pudo el amor que su instinto animal!”.

La narración finaliza de vuelta a la historia original con un diálogo entre Jade y el visitante al que llamaba su tío, agradeciéndole por contarle acerca de esos “amigos inseparables”.

Luis Felipe De Jesús Ulerio, al escribir, parte de la cotidianidad y del candor de los niños. En su historia manifiesta valores como la empatía, la comprensión y tolerancia en la familia, así como los conceptos del instinto, el amor y la amistad. La misma no deja de tener el toque de fantasía que caracteriza a la mayoría de textos infantiles. Sin embargo, no es un cuento de hadas. Tampoco es ajena a nuestra realidad social, donde niños menos privilegiados también tienen derecho a compartir en familia, a contar con adultos que les brinden su apoyo, y a escuchar historias inspiradoras como esta, lo que contribuya a hacer de ellos y los libros verdaderos “amigos por siempre”.