Guardo amor y casabes en mi lecho,
areitos de ciguas y rocíos,
mares, playas, cascadas, rosas, ríos,
y un guanín que me brilla desde el pecho.
Guardo amores del tiempo que cosecho,
en jaraguas que abrazan mis bohíos,
con un sol que me alumbra con sus bríos
y en mí lanza esperanzas al acecho.
Guardo un sueño de barro y de madera.
Un cemí que me alumbra y se me entierra.
El color de la hormiga entre mis manos.
Guardo luchas y sangre en la pradera;
el matiz de la lágrima en la tierra.
Un coraje legado entre los llanos.
No supieron mirarme en el espejo…
piel de yuca, casabe de la nada…
¡Qué confuso sentir con que me cubro!
¿Soy genética nueva en su reflejo?
¿Soy mitad de la historia en su mirada?
¿Me descubren a mí… o les descubro?