La expresión «ese huevo quiere sal» es una expresión muy descriptiva, y que muchos la decimos en ocasiones que nos damos cuenta que nos están tratando de forma tan distinta que nos sorprenden.
El ser humano, cualquiera que sea, por más que te quiere, siempre te querrá un chin más cuando tú estás en una posición mejor o en un buen momento. He aquí una lista de momentos que te das cuenta que te están tratando diferente y enseguida dices: «¡Ese huevo quiere sal!».
-Cuando tu mujer te lleva el café a la cama, cuando te hace la comida con la ensalada que te gusta, cuando te lleva un trago mientras tú ves el juego de pelota… Ahí tú te das cuenta que «ese huevo quiere sal.»
-Cuando un político va barrio por barrio, cuando pregunta cuáles son los problemas de la comunidad, cuando se retrata con viejos sin dientes y sin camisa…tú te das cuenta de que «ese huevo quiere sal.»
-Cuando se te acerca alguien de la calle y te dice que tú eres el mejor comediante, cuando un parqueador te dice «te estaba guardando este parqueo», cuando una vecina que nunca te ha hecho coro, comienza a saludarte efusivamente, ahí mismo te das cuenta de que «ese huevo quiere sal».
-Cuando la cuñada, que no te pasaba, te recibe con una tacita de café y te dice ‘cuñadito lindo quiero decirte algo’. Ahí mismo tú dices: «¡Ese huevo quiere sal!».
-Cuando los tígueres del barrio están bebiendo en el colmado, tú vas pasando y ellos te llaman para darte un trago, tú sabes que eso no es de gratis, y te dices: «¡Esos huevos quieren sal!».
-Cuando tu hermano te pone a la orden su Jipeta, y te dice ‘quédate con ella el fin de semana y el lunes ven por aquí que quiero plantearte algo’. Tú te pones chivo y dices: «¡Ese huevo quiere sal!».
-Cuando tu esposa te recibe con una ropa sugerente, cuando te da de cena mariscos, y te brinda una botella de vino, ahí mismo tu miras pa’ arriba, paras el pico y dices medio chivo…junnn, ¡Ese huevo quiere sal!».
-Cuando tus hijos te sacan caspa, cuando tu hija va y te quita las medias y te busca unas chancletas, cuando en la casa hasta el perro esta contento contigo, tú te pones chivo y dices junnn: «¡Ese huevo quiere sal!».
-Cuando unos policías te mandan a parar, y cuando tú paras te dicen: ‘comando’, y te dicen que salieron desde temprano en la mañana y no han tenido tiempo de ir a comer a su casa. Ahí mismito tú sabes… «¡Que esos huevos quieren sal!».
-Cuando el taxista del barrio te encuentra en la calle y te da una bola, cuando llegas al barrio el colmadero te llama y te brinda un litro de Whisky, cuando llegas a tu casa tu mujer te abraza y te dice que se sacaron la loto, ahí mismo tú te diste cuenta: «¡Que esos huevos querían sal!».
