Para nadie es un secreto que en momentos de austeridad, entiéndase olla, hay que buscar la manera de lidiar como sea y con lo que sea, sin que perdamos la mente y nuestra paz emocional. Una de las situaciones más difíciles para cualquier ser humano es la muerte de un ser querido. Eso, inmediatamente nos saca de quicio, no sólo por el dolor que ya de por sí es suficiente, sino también pensando en lo económico, específicamente en el féretro para la sepultura; pero, con este análisis y estas recomendaciones… ya eso no será preocupación, pues pienso que, dependiendo de la actividad principal del fallecido, así mismo debe ser su ataúd. Aquí les van varios ejemplos para que usted, en caso de que le toque, quiera Dios que no, pues resuelva de lo más tranquilo y sin liarse más de la cuenta. ¿Dónde sepultar a:
Un jugador de dominó……………………………. En cajita blanca.
Un obrero de METALDOM………… En la caja de los hierros.
El inventor del mito…………………….. En una caja de fósforos.
A un odontólogo…………………………… En una caja de dientes.
A un borrachón………………………………. En una caja de romo.
A un levantador de pesas……………………… En una caja fuerte.
A un piloto……………………………………………. En la caja negra.
A un contable……………………………………… En una caja chica.
A un chofer……………………………… En la caja de los cambios.
A un papelero………………………………… En una caja de cartón.
A un mago……………………………….. En una caja de sorpresas.
A un electricista………………………. En la caja de los breackers.
A un político truquero………………….. En una caja de Pandora.
¡Y muerto ese abejón!