Escrito por: Víctor Reyes
Nunca me imaginé que iba a estar viviendo entre un desfase generacional como en el que estoy viviendo, y les juro que aún me siento un hombre joven, pero…Sí, porque nunca falta un, pero; porque a pesar de sentirme un hombre maduro que se siente joven, he comenzado a sentir la diferencia abismal entre mis hijos adolescentes y yo.
Paso a explicarme…Cuando voy en mi vehículo pongo emisoras que suenen los discos de Camilo Sesto, de Manolo Galván, de Danny Daniel, Leonardo Fabio, Raphael de España, Sandro de América entre otros. En ocasiones creo que me la estoy comiendo porque estoy obligando en mi vehículo mío, de mi propiedad, a los muchachos a escuchar esa música que me pone a vibrar, ¡pero oh sorpresa! Cuando miro hacia atrás veo a mi hija de 7 con unos audífonos mirando una serie de Netflix, y a mis dos hijos de 16 y 19 escuchando, ¿quién sabe, qué emisora? con sus audífonos puestos. El caso es que como padre que quiere que sus hijos se eduquen musicalmente, les obligo a escuchar lo que estoy oyendo en la radio de mi vehículo, ahí comienzan los epítetos de viejo, de ‘quedao’ o si no, comienzan a relajar la forma en cómo cantan mis artistas preferidos… ¿Qué está pasando? ¿Los muchachos están perdiendo el gusto musical que teníamos nosotros? o ¿es que ya nos estamos poniendo viejos? ¿Díganme cuál de los dos?, porque fácilmente comienzo a hacerme un look, tal como lo tiene amable y comienzo a vestirme y a escuchar la música que escuchan los ‘milenials’… ¡Díganme ‘plis’! porque yo no voy lejos para ponerme en modo jevito para que la vejez no me alcance.