Escrito por: Cosme Peña
Los sindicatos son necesarios, aunque muchos en la praxis conservan métodos de luchas propios del siglo XIX, no han comprendido el rol que deben desempeñar en el siglo XXI, estos son otros tiempos. Un tiempo que demanda otro accionar. Por ejemplo, un video viral puede lograr más impacto en las autoridades y población en general que una movilización de miles de maestros, más si esta se produce en horario de clases.
La oposición también es necesaria, se afirma que un gobierno mientras más oposición (constructiva y propositiva) tenga, mejor resultado logrará para el bienestar de su gente. Los sindicatos y los partidos de oposición son necesarios para el mejor funcionamiento de la vida democrática.
En ese sentido la Asociacion Dominicana de Profesores (ADP) ha jugado un rol importante en el desarrollo de la educación. La asignación del cuatro por ciento (4%) del PIB para la educación preuniversitaria no debe endosarse como un logro exclusivo de este gremio, el empoderamiento de la población fue determinante para su consecución. Creer la ADP que este fruto fue resultado de sus paralizaciones es una forma miope de advertir la realidad. Y que le pudiera restar del apoyo que ha recibido de la sociedad civil.
Son inocultables los avances que ha experimentado en los últimos años el país en materia educativa, están ahí a la vista de todos. Miles de aulas equipadas, la jornada escolar extendida, con el desayuno, almuerzo y merienda incluidas, y los millones de útiles escolares se aprecian y ven por doquier.
El aumento salarial de los maestros del sector público ha desplazado mano de obra calificada del sector privado, son numerosos los contadores, administradores, mercadólogos, ingenieros y doctores, entre otros profesionales, que están cursando la habilitación docente con la esperanza de insertarse como maestros. Por lo que resulta contraproducente un llamado a huelga apenas comenzando el año escolar y la paralización de la docencia en algunos sectores. Suspender las clases es un acto cruel e indigno, que de seguro la población, que tanto luchó junto a la ADP, hoy rechaza y no apoyará. Hay que sentir la frustración de un estudiante cuando queriendo nutrirse del pan de la enseñanza, éste le es negado, y la impotencia de los padres al ver a sus vástagos retornar a sus hogares antes del fin de la jornada escolar.
Que todavía no hemos alcanzado los niveles de naciones similares, que el pasivo educativo es inmenso, en eso estamos de acuerdo. Reiteramos, es necesaria una ADP que proteste, que reclame los derechos que entiende más justos para sus intereses, pero para su propia preservación les recomendamos que varíe su método de lucha, estamos en el siglo XXI, las batallas de hoy deben ser más creativas. Las redes sociales, vestirse de un color en un día determinado, que salvaguarde las horas de enseñanza, acciones cónsonas con la sociedad actual, seguro les proporcionarán mejores resultados.
La paralización de la docencia es un boomerang, se devuelve en contra del que lo lanza. El tiempo que se pierde en las aulas no se recupera. Hacemos un llamado vehemente a las autoridades y sindicato para que se produzca un diálogo honesto, que ancle a soluciones concretas.
La sociedad está vigilante, lo que tanta energía, sudor y sangre ha costado, nunca se volcará para atrás; es inaceptable que se pierda aunque sea una hora de enseñanza, los verdaderos maestros y sobre todo nuestros alumnos no se lo merecen.
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