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DesBacho de Prensa

Escrito por: Raúl Pérez

La deuda eterna del fiao y la deuda externa del país.

Quien se acostumbra a coger fiao, jamás sale de un enredo.
Sea a nivel de colmado, del ‘gas propago’, de la “urgencia de una fría” o de cualquier otro antojo, el fiao se enraizó como una “costumbre que hace ley”.
Con la versión “plástica” de la tarjeta, la adicción al fiao, equivale a caer en “las patas de los caballos”.
Siempre bajo el supuesto interés de “cumplir” a la fecha convenida, para evitar pagar intereses.
Pero se vuelve al reciclaje en que se puede pasar la vida.
En particular si se sobrevive con un “salario” de hambre.
Mientras el pregonado y mediático aumento salarial nunca llega, o “avanza” más lento que una tortuga envejeciente, los precios de los artículos comestibles aumentan con ‘frecuencia maldita’ (en FM).
De ahí surgen las tentaciones al pluriempleo, y a la “búsqueda” con el “picoteo”.
Porque lo que ingresa fijo, a la gente no le alcanza para el alquiler y sus compromisos domésticos. Eso… si no hay una banca magnética al doblar la esquina.
Imagínese entonces los gastos en salud, educación, transporte, etc. Un drama cotidiano que se agrava en los desempleados. Es así como los problemas se multiplican más que los peces famosos.
“Cuadrar” esa cotidianidad resulta más complicado que la misma “cuadratura del círculo”. Por eso es que el fiao se convierte en una “deuda eterna”.
Total, resulta mucho peor la deuda externa del país.
Como a lo que nada cuesta le hacen fiesta, mire a ver el “subión” de dicha deuda externa, debido a los sucesivos préstamos para continuar la “rumba abierta” para baile.
Este año el aumento monstruoso de la deuda externa, ha de pelar más que el mismo gas morado.
“A Dios que nos coja confesados”.