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Desbacho de prensa

Escrito por: Fuáquiti

Cine, televisión y radio

Cuando plácidamente se disfruta de una producción cinematográfica, televisiva o videográfica, ¿se imagina o «aterriza» el espectador el trabajo, la satisfacción o la angustia que han registrado el director y el creativo de la obra?

A fin de cuentas, no importa el sacrificio, porque la creación artística está orientada a quienes se sitúan frente a la pantalla, grande  o chica.

De lo que se trata es del laberinto que atraviese el director durante el curso de la realización en sus distintas expresiones o facetas.

Cuando las cosas han salido bien, el disfrute espiritual debe rondar la plenitud al momento del estreno de la obra en un cine o en un canal televisivo.

Esa es la tendencia y lo que se presume.

¿Pero si las cosas no salieron como fueron concebidas o proyectadas?

Pudiera sucede que, a juicio de la crítica, y/o del público espectador, la obra califica, incluso por encima de las expectativas que en distintos círculos he había generado. Pero, aún así, pudiera suceder que no piense igual quién sabe o esperaba que finalmente era posible lograrse un mejor trabajo.

Estas consideraciones aplican también para una  obra de teatro.

Solo el director puede hacer un fiel balance de la obra en estreno: si todo salió bien como él esperaba, o si algunas cosas salieron aceptables como él esperaba, aún distante de lo supuesto.