Hablar de buen humor pudiera interpretarse como hablar «muerto de risa». Pero también pudiera referirse al buen humor como terapia para «botar el golpe». O para citar personajes populares por sus ocurrencias y de los que han hecho carrera como artistas en el universo del espectáculo y de los medios audiovisuales.
Freddy Beras-Goico, Cuquín Victoria, Felipe Polanco, Milton Peláez, Jochi Santos… son nombres, entre decenas, que estampan el humor en ese país. Tanto, que califican como marcas del buen humor dominicano, advirtiendo siempre que son decenas de humoristas archiconocidos en la vertiente audiovisual.
Si se trata de la vertiente gráfica, obviamente se debe hablar de la caricatura como arte que entraña talento y vuelo artístico precisamente. En tal sentido, son muchos los caricaturistas que grafican ese género en este país al nivel de la excelencia.
Hablar del «acabose morado» puede ser más un tema «serio» de peñas y tertulias semanales. Pero la temática ha trascendido las tertulias, insertándose en las cherchas, sin reducir su seriedad. «Fuera de relajo».
Lo cierto es que el acabose morado ha desbordado los múltiples escenarios y se propaga como una epidemia de chiches. (Con todo el respeto para esos animalitos).
«Ampliando», al estilo Radio Mil Informado:
«ACABOSE», es sinónimo de lo máximo, el colmo, el exceso, el desastre, y el «cuarto de hora» para los que creía eterna la «rumba abierta para baile».
