Escrito por: Víctor Reyes
Definitivamente fuimos una generación tonta. Tan tonta que creíamos en las hadas madrinas, creíamos en las brujas y creíamos en los galipotes; creíamos en los resguardos y en las ciguapas. Creíamos en que los muertos salían, creíamos en los Santos Reyes. Creíamos en que si contábamos las estrellas se nos llenaba el cuerpo de ‘nacios’; que si caminábamos para atrás nos salía el diablo. Creíamos que cuando llovía con sol era que se estaba casando una bruja, pensábamos que si al sacarnos un diente lo tirábamos para el techo, el ratoncito miguel nos lo devolvía. Creíamos que el refresco rojo daba sangre y que si jurábamos con los dedos cruzados se desvanecía el juramento. Creíamos que el Viernes Santo el diablo andaba suelto; que al final del arco iris había un cofre con oro. Creíamos que si soñábamos con caballo había que jugar el 4 y que si nos soñábamos con dos patos había que jugar el 22. Creíamos que el que comía mucho plátano se ponía bruto y que las mujeres que usaban lentes eran serias. Creíamos que a los muertos había que hacerle misas de nueve días, creíamos que la mujer que no llegaba virgen al matrimonio no servía. Teníamos muchas creencias que hoy nos hacen ver ignorantes. La diferencia entre la generación de hoy y la de ayer, es que los de hoy no creen en nada de eso, pero creen al algo que los hace más ignorantes…creen cada 4 años en las mismas mentiras de los mismos políticos.