Escrito por: Víctor Reyes
Un juego de dominó y una neverita de hielo.
Un pantalón corto nuevo o se mocha un jean.
Un litro de romo si es un obrero y un litro de whisky si es de clase media.
Un radito de pila y un foco que nunca se usan.
Una capa de agua y unas botas de goma.
Mucho pan, muchas sardinas, y poca carne porque los ciclones siempre vienen fuera de quincena.
El dominicano para el ciclón prepara su propio botiquín para los primeros auxilios. Compra mentol no sé ni para qué, compra ‘berrón’ para lo que sea, algo por si se floja o agua de Vichy por si se aprieta.
El pobre compra bacinillas, porque siempre el baño en casa de pobre está afuera de la casa.
Para esperar el ciclón se compran galletas de soda y un galón de jugo que se acaba con las primeras ráfagas.
En temporada ciclónica se gasta como si fuera para una fiesta. Se prepara un tanque con hielo por si se va la luz, unas gafas oscuras y un paragua.
Hay ropa de ciclón, comida de ciclón y parejas que solo se juntan en temporada de ciclón.
