Así como hay cosas que nos ponen a hacer bembitas, con piques y de mal humor, también hay varias cosas que, por muy abatido que uno esté, nos sacan unas sonrisitas y si nos ‘enchinchan’, mucho hasta una carcajada al estilo del Guasón. Aunque somos un pueblo de fácil acceso a la alegría, de hecho en varios sondeos hemos salido varias veces en los primeros lugares entre los pueblos más felices del continente. Sí… así como lo oyen; no es ninguna broma, la República Dominicana está entre los países más alegres y felices del mundo: sin agua, sin luz, sin trabajo, con delincuencia, con corrupción, sin salud, pero felices. O sea, somos un verdadero fenómeno mundial, digno de que clonemos a Albert Einstein o al genio del Psicoanálisis, Sigmund Freud, para que nos hagan un gran estudio de nuestra realidad sicosocial a partir de esto. Y he aquí algunas muestras de cosas que nos ponen contentos… Y es que el dominicano se embulla con lo que sea. Tanto con lo poco como con lo mucho… Por ejemplo:
*Una novia nueva.
*Un aumento de salario.
*Una visa pa’ Nueva York.
*Un Resort full time.
*Cuando trancan a un político (una felicidad muy corta, por cierto).
*Una carta de amor.
*Una rebaja en los combustibles (muy raro pero pasa).
*Una buena ‘jartura’.
*Un trabajito (de lo que sea).
*Cambiar el carro.
*Sacar tu casita.
*Cuando al chofer se le olvida cobrarnos el pasaje.
*Cuando ganamos en el dominó.
*Cuando llega la luz.
*Cuando comemos pescado.
*Cuando gana nuestro candidato (aunque a los dos días nos olvide).
*Cuando vivimos lejos de la suegra.
*Cuando nos dan el doble (aunque debamos el triple).