Escrito por: Wilson Díaz
*El colmo de un indio borracho? ¡Dar señales de ‘jumo’!
*El colmo de un terrorista? ¡Tener un ‘nacío ciego’ a punto de explotar!
*El colmo de un ortopedista? ¡Enyesarle una fractura a los Tres Brazos!
*El colmo de una fábrica de vidrio? ¡Que sus empleados sean puras botellas!
*El colmo del Conde Drácula? ¡Chuparle la sangre a una leche cortada!
*El colmo de un reo cobarde? ¡Ser preso del pánico!
*El colmo de un gran odontólogo? ¡Ponerle dientes a la boca del estómago!
*El colmo de un Repostero? ¡Que su esposa sea un bizcochito!
*El colmo de un mendigo con mala de suerte? ¡ Pedir permiso y que no se lo den!
*El colmo de una óptica? ¡Recetarle lentes a los Tres Ojos!
*El colmo de la mala puntería? ¡Tirarle al blanco y darle al negro!
*El colmo de un sastre? ¡Ser baleado a “quemarropa”!
*El colmo de un jardinero mujeriego? ¡Estar enamorado de Rosa, tener amores con Margarita, casarse con Jazmín, divorciarse de Orquídea y dejar plantada a una tal, Flor!