Escrito por: Luis Meléndez
La comida es un carnaval
La gastronomía dominicana es un reflejo de las influencias españolas, taínas y africanas. Por ese, su colorido, el dominicano recuerda siempre que la comida determina la sabiduría “El mal comi’o no piensa”. Hoy Califé de las galaxias alimentando la ironía con sus pullitas capicúas, reciban con todo nuestro amor este racimo de versos callejeros.
El pueblo vive diciendo
que la economía está lenta
es porque los pobres comen
y los ricos se alimentan.
Es raro un juez que sea flaco
ellos han comido siempre
beneficiando imputados con
sentencias complacientes.
Me hago el desentendido
después que llené mi panza
me puse ‘cachú’ en la oreja
ahora estoy oyendo salsa.
Cuando el pobre va a votar
no se fija en un partido
escucha a los candidatos:
la barriga tiene oído.
El libro de recetas
del mago de Oz,
levantar por la cabeza a un niño
para ver a Dios comiendo arroz.
Una vieja de Santiago
y un viejo de Macorís,
se juntaron con un pollo
y le comié’n el pichirrí.
Un viejito se comió
cinco fundas de cemento
y al otro día amaneció
defecando apartamentos.