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Artículo de Karina

Escrito por: Karina Castillo

Hayque, de Virginia Read Escobal.

Esta es la historia de “una niña con vestido heredado y frágiles chancletas” que gustaba mirar por la ventana y “entretenerse buscando similitudes y colores” entre los múltiples techos de zinc del barrio en donde vivía.

Con hermosas descripciones, cual poesía, la escritora, arquitecta y gestora cultural Virginia Read Escobal, nos cuenta de esta pequeña que, a pesar de vivir con ciertas precariedades, no dejaba de soñar con mejores horizontes y mirar hacia “el cielo cambiante, intentando conocer de las estrellas, la luna” y todo aquello que quedaba tan lejos.

Tan interesada estaba en el tema, que una vez en la que fue a buscar agua con una lata, no soportó la tentación e hizo en el fondo una serie de agujeros con la forma de estos astros e imaginárselos al colocar el objeto a contraluz.

A ella se le había quedado el mote de Hayque. Y es que todo el tiempo le decían lo que tenía que hacer: limpiar, lavar, hacer el desayuno, barrer, buscar el agua, y mucho más, aunque en la casa había más personas: el padre, la madre y la abuela, que siempre estaban cansadas, y sus hermanos, quienes solo tenían que ir a la escuela sin ninguna obligación en la casa.

La niña era en general muy obediente, inteligente y trabajadora. Pero un día se cansó de que la llamaran así. Por eso, cuando fue a hacer la compra del día, decidió no quería responder más a Hayque y, con el dinero del mandado, se consiguió algunas golosinas. Cuando regresó a la casa, solo escuchó una lista larga de “hay ques” por cumplir.

Su voz interior no soportaba más. Con su mirada firme enfrentó a todos diciendo: “Es que yo no me llamo Hayque”. Esperó una reprimenda, pero en cambio, su familia le escuchó. Parecía como si su madre y abuela vieran en ella ese espíritu que alguna vez tuvieron.

Entonces, guiados por el padre, decidieron distribuirse la carga de trabajo y llamar a la pequeña por su verdadero nombre: Analía.

Esta es una historia fresca y fluida, tierna y realista, con la particularidad de conectar con el lector, sin importar la edad. Representa la cotidianidad de muchas familias, en donde las costumbres y estereotipos, hacen que algunos miembros, en especial las del género femenino, lleven la mayor carga.

En este relato, la autora muestra valores como la equidad, justicia y respeto a la identidad, con la que cada ser humano merece ser apreciado.

Hayque es una invitación a reconocer el valor que tenemos, sin importar las circunstancias que nos rodean y a no permitir que nada ni nadie determine quiénes somos o nos aparte de alcanzar nuestros sueños, aunque estos parezcan estar tan altos como las estrellas.