Siempre he pensado que la saturación de noticias negativas, influye en el estado de ánimo de las personas, para irlas preparando y que vean como normal lo anormal de estas situaciones.
Paso a explicarme, y fíjense en esto; cuando ocurre un hecho horroroso, al poco tiempo ocurren hechos similares; jóvenes terminan haciendo lo mismo que hicieron otros en contra de su vida o en contra de la vida de otros.
Por ejemplo, si alguien se envenena porque su novia no lo quería, al poco tiempo nos encontramos con la noticia de que alguien terminó haciendo lo mismo. Es como si el ser humano terminara copiando las cosas malas y las cosas buenas que ocurren a su alrededor.
No es casual que si alguien ríe al lado de un grupo, el grupo termina riendo igual sin saber de lo que el otro se está riendo. Eso nos lleva a la conclusión, de que las emociones se contagian. Tanto el buen humor como la depresión, lo podemos adquirir mediante emociones externas.
No es casual que la gente llore al ver una película triste, y ría cuando ve una comedia. Por eso planteo muy en serio, que tratemos de promocionar ‘El día de las buenas noticias’. Un día en que, en todo el mundo se diga las noticias positivas y pasemos por alto las noticias negativas que puedan ocurrir.
Podemos empezar en el país; hagamos de esta propuesta, una propuesta de todos. Pienso que ‘Un día de las buenas noticias’ podría empezar a hacernos mirar lo que le estamos dando como noticias al mundo, y cómo estas influyen en que seamos un mundo tan convulso. Recuerdo que cuando salió la película The Warriors en el 1979, en el país empezaron a salir bandas en los barrios, con los mismos nombres y el modus operandi, igual que en la película, pero cuando escudriño sobre el fenómeno, me entero que esa película marcó el inicio de la delincuencia organizada en toda América Latina. ¿Ya ven lo que les digo?