Lenguaje gráfico: Cristian Hernández
No sabemos ahora, pero en nuestra infancia, en la infancia de nuestros padres y abuelos, era muy común escuchar el aviso de que si no te dejaban juguetes para el Niñito Jesús o Santa (que descubres al amanecer del 25 de diciembre) o el día de Reyes (el 6 de enero), entonces se acordaría de ti la Vieja Belén. Siempre quise saber quién es esta señora de origen aún incierto, ahora tenemos la oportunidad de conocerla.
VB: ¡Hay gente, mija, que se complica la vida. Porque dime, y a la franca, ¿qué te importa a ti de dónde vengo yo?
VB: Yo le pregunto a usted, ¿me ve usted acaso montada en una escoba italiana? No, ¿verdad? Entonces, ¿quién le dijo eso a usted? Y de los cocolos prefiero no comentar, porque… ¿usted me ha visto a mí hablando inglés?
VB: Yo no entiendo por qué lo pone en duda. Yo voy aunque sea renqueando porque tengo reuma en la pierna derecha. Eso me dio después de que supe de la investigación de la Odebrecht.
VB:Lo mismo que tú, «linda». Que eso habla de lo mal que estamos como sociedad. Que eso del macuteo siempre ha existido y todo el mundo lo sabe. Así que no me diga que a usted no le ataca la ciática cuando se da cuenta en el país en el que vivimos. Yo, mire, para serle franca, salgo a regar juguetes cada vez menos.
VB: ¿Cómo que qué culpa tienen? ¿No los ve, sin inocencia, en la calle, producto de la pobreza? ¿No los ve sin protección, que la misma familia a veces los explota y los maltrata? Mire, yo le iba a dejar una caballá a un muchachito, y el marvao viene y me descubre poniéndole un carrito a control remoto y me dio una pelelengua porque él quería una tableta para venderla en el mercado negro, en una esquina de semáforo. Y tan ahí, a la vista de la policía, los delincuentes mayores que los mantienen afiliados a sus bandas. ¿Y eso quien lo detiene? El Estado a eso, no le pone asunto. Y esos son los niños a los que yo les dejo. Porque el Santa y los Reyes son más capitalistas que el diab… bueh, perdón. Pero esos cuatro me caen como una pedrada en un ojo. Namá les dejan a los que pueden, pero a los otros, a los infelices, ¿quién les deja? Yo. ¿Me entiende ahora?
VB: ¡Oh, pero es que ya no hay a quien dejarle. Porque fui a dejarle a tres muchachitos que el Santa y los otros tres, no le dejaron ni los buenos días en su casa, y resulta que venían tempranito de buscar gasolina. O sea, ¿usted cree que un muchachito tiene que ser el que vaya a una gasolinera a comprar un galón de gasolina? Y lo peor es que en las gasolineras se los venden. Y eso nadie lo regula ni lo dice. ¿Es que no hay ley? ¿O poner a una niña de doce años frente a una estufa, regozo se queme? Nos volvimos locos. Esto se jo…
VB: Pero, ¿cuáles palabrotas y para qué? Porque mire, de las 1000 muchachitas que les dejé el año pasado, a 999 les dejé juegos de costura. Y son tan lelas que no se llevaron el mensaje. Pensaban que era para coser vestidos de muñecas, y era para que se cosieran la boca. Este año les dejaré jabón. Y lo grande es que las madres y los padres, voceándoles groserías son quienes se las enseñan. La inocencia se la arrancan en su casa. Cuando yo era un muchacho, ¿quién se atrevía a decir una mala palabra delante de mí? Hermana, nadie.
VB: ¿Quién le dijo a usted que esto está cambiando? De ninguna manera. Esto no está cambiando porque ahora las malas palabras están en YouTube, en Facebook… pero que estén ahí no me duele, lo que me duele es que estén en los hogares. Que los muchachitos no puedan dormir tranquilos porque los papás se vivan matando, diciéndose groserías, viviendo con odio… y lo pagan con los más chiquitos, como no pueden decir na’ ni quejarse… pero luego los niños y niñas se mean en la cama, no sacan buenas notas porque no se concentran en la escuela, dan problemas y conflictos… y usted ve a las madres y a los padres pegando el grito al cielo… pero a que no se sientan todas las noches a leerles un cuento…
VB: No se me haga la bru… dipense… pero usted sabe muy bien que cuando uno se sienta con un niño a leerle un cuento, lo que está haciendo es demostrándole amor. Que aquí la gente cree que nada más son los bebés que necesitan abrazos y besos. Los niños y las niñas también. Y cuando usted coge a su niño de diez años y le lee un cuento antes de acostarse, le está desarrollando muchas habilidades y aprendizajes. Y el comportamiento mejora de una vez. No es un invento mío. Si por mí fuera, nada más les dejara libros de cuentos, pero dígame: si en la casa la mamá y el papá no lee ni la mano, contimá un libro, ¿cómo quieren después que los caraji… entiendan la clase en la escuela o que aprendan palabras nuevas para comunicarse mejor?
VB: Bueno para los que son dominicanos y los que no, les deseo que lean muchos libros juntos. Que los bajen de internet, que los busquen prestados, que los compren… que para comprar una cerveza o desrizarse siempre tienen, pero pegan el grito al cielo para comprar un libro. Lo grande es que un libro lo lee todo el mundo y no se gasta pero el crecimiento del pelo viene de una vez y otra vez hay que desrizarse, y la cerveza lo único que hace es vaciar el bolsillo. Más nada. Entonces deseo que para que los hijos sean mejores estudiantes, se porten bien y aprendan de las historias: las familias lean muchos libros. Lean juntos, y se acordarán de mí. Es cuánto.
