Lenguaje gráfico: Cristian Hernández
Si pensamos en un joven de 13 años de hoy, quizá no sería fácil imaginarlo como a Fidelio Despradel, que desde entonces daba sus primeros pasos como revolucionario. Pero quienes tuvieron la mala suerte de coexistir en República Dominicana con el dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina, coincidirán que fue tal la represión política, los abusos al pueblo, el hambre y la práctica exclusiva de la delincuencia solo para su cúpula política, que las manifestaciones antitrujillistas se dieron por igual entre pobres y ricos, entre jóvenes y viejos, entre nacionales o extranjeros.
Conozcamos en cuatro preguntas clave, al Fidelio de entonces y al Fidelio de hoy: Diputado Nacional comprometido con sus ideales de siempre.
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FD: A mí me han tocado varias oleadas de vida fuera del país, la primera oleada fue cuando Trujillo. Salí a una misión… porque alguien nos había prometido una cosa, pero nunca llegaba. Eran armas, y entonces yo era quien estaba en condiciones de poder conseguir la visa, el pasaporte dominicano. En esa misión se dio un episodio muy traumático, a pesar de que me movía con un pasaporte falso que me proporcionó la Embajada venezolana, a nombre de un ciudadano venezolano equis. Los calieses de Trujillo se dieron cuenta de mis pasos por Curazao, de que había alguien que cruzaba por esas islas y que era dominicano. Prefabricaron un incidente con las autoridades de Curazao y nos detuvieron. En esa oportunidad mi familia fue informada por el SIM [Servicio de Inteligencia Militar] de que yo estaba en esas actividades conspirativas contra la dictadura.
2. ¿Y cómo se justificaban esos viajes por el Caribe? |
FD: Porque don Aquiles Mejía, que era de los coordinadores del Movimiento de Liberación Dominicana puso a disposición mía el avión que ellos habían comprado en ocasión de la Expedición del 59; y el piloto, Ruber Renoir (francés) me asumió como si yo fuera un hijo, muchas de las cosas conspirativas que conozco y que desarrollé en esa juventud, la desarrollé por la relación con él. Ese fue un exilio significativo: conocí mucho, aprendí mucho. Yo era un muchacho de 22 años: aprendí muchísimo porque utilizamos a Guadalupe como base de operaciones porque él tenía un asiento en Guadalupe y allá nos entrenamos en mecanismos para tirar armas desde el avión y hacer operaciones de tirar volantes y ese tipo de cosas; además, él había sido un conspirador en la II Guerra Mundial, me enseñó todas sus mañas y sus técnicas y yo, un jovencito, aprendí rápidamente.
Un segundo episodio en el exilio fue porque nos cogieron presos por lo de la Guerrilla del 63 y nos deportaron amarrados en un avión de la PanAmerican desde el Aeropuerto de San Isidro a 36 guerrilleros que nos consideraban los más peligrosos y los más complicados y, entonces, desde que llegamos a Portugal [bajo la dictadura de António de Oliveira Salazar] nos cogieron presos y nos hicieron una ficha de delincuentes internacionales. Eso me trajo muchas consecuencias porque en muchos países por donde yo tuve que pasar en las misiones, después de eso los inspectores me identificaban.
3. ¿Cuál es la orientación suya para hacer el trabajo desde la posición que está asumiendo ahora en el Congreso Nacional? |
FD: Bueno, nosotros hemos venido creando un equipo de trabajo alrededor de mi gestión para actuar dentro del Congreso. Lo principal que yo te puedo decir de mi actuación dentro del Congreso es que no soy una persona difícil de ponerse de acuerdo con él y discutir con él, soy una persona fácil, que va a desarrollar un diálogo con los peledeístas, una conversación con ellos, pero todo lo que yo plantee en el Congreso lo estamos preparando para que lo conozca la sociedad dominicana, porque es fundamental que la labor principal que uno desarrolle sea una labor hacia la sociedad, necesitamos que la sociedad se concientice, no solamente alrededor de las vagabunderías que se hacen en el Congreso, sino de las tropelías que se han hecho a nombre de la República para llevarla adonde la han llevado hasta ahora; en ese sentido lo principal de mi participación en el Congreso es que yo estaré siempre en contacto con la población y vamos a crear esfuerzos, mecanismos para que la voz de uno no se silencie en una comisión, en uno de los tantos mecanismos que tiene el Congreso cuando se hacen discusiones internas y uno no tiene ni idea de lo que se está discutiendo ahí; eso es fundamental entenderlo.
El programa de Alianza País plantea la cuestión de la mega minería en contraposición a la República productiva que debe ser el país, plantea una defensa radical de la mujer, pero no solo en algunos aspectos que generan mucha opinión pública en el país, sino en sentido de la igualdad de la mujer (igual trabajo-igual salario), en el sentido de la violencia contra la mujer, de que la mujer tiene que organizarse para defender sus intereses fundamentales, de que la mujer juega un papel fundamental en la orientación de más de la mitad de la población dominicana, es decir que el tema de la mujer estará muy presente en Fidelio Despradel como diputado nacional; también le buscaremos la vuelta para plantear a fondo el problema de la juventud que está en el programa de Alianza País de forma general, pero que necesita masticarse, encontrar los caminos porque la juventud dominicana ha sido muy enajenada en este proceso. Ha sido enajenada por las drogas, por el consumismo, por la propaganda sistemática, por la falta de trabajo y oportunidades, por el ejemplo negativo, por la corrupción; en todos los sentidos, aquí se ha hecho una conspiración para que los jóvenes no sirvan para nada. Vamos a luchar por los jóvenes. Así mismo aquí hay un endeudamiento catastrófico, estamos llegando a los cincuenta mil millones de dólares de deuda externa, pero por encima de eso hay una deuda interna inmensa. ¡Aquí hay más empleados y burócratas en el sistema público que los que hay en Brasil! Una cosa espantosa y es porque eso es parte del clientelismo del PLD. Fidelio Despradel y Alianza País, desde el Congreso, van a defender ese programa, poniendo énfasis en dos o tres puntos, como el punto de la mega minería, el punto del agua, aquí han destruido miles de ríos.
4. ¿Qué debemos aprender para ejercer una ciudadanía responsable? |
FD: Un país donde no hay un movimiento de las ideas, donde las ideas son estáticas y el enemigo tiene el monopolio de todas las ideas, en sus revistas, periódicos… en un país que no pase lo que pasó en la década del 70, donde en la Universidad se daban charlas todos los días, donde los estudiantes se juntaban todos los días (miles) a oír un grupo de charlistas que hablaban de temas importantes… en un país donde no se den conocimientos de las ideas… es muy difícil desarrollar un movimiento político triunfante.
El pueblo dominicano tiene capacidad de reaccionar. Nosotros confiamos en el pueblo dominicano. El pueblo dominicano fue que creó las condiciones para el derrocamiento de Trujillo, no fue el 30 de Mayo, no fue un grupo de conspiradores, no fueron las 5 o 6 armas que mandaron desde los EE. UU. El pueblo dominicano se fue organizando clandestinamente contra Trujillo en todo el país: fueron Manolo [Tavárez], Minerva [Mirabal] y su generación, que se dieron cuenta de que ese movimiento podía ser unificado en una sola organización: el 14 de Junio clandestino. Fue la expedición del 59 –donde estaba la élite de los dominicanos–, fue ese pueblo dominicano que creó las condiciones para el derrocamiento de Trujillo, pero el pueblo dominicano fue el que creó las condiciones para que Bosch triunfara sobre Unión Cívica Nacional –y triunfara con el 63% de los votos– y el pueblo fue que eligió los constituyentes de la Constitución del 63… y también creó el ambiente para que esa Constitución se escribiera, esa es la más avanzada Constitución de la República Dominicana; y el pueblo fue que hizo la Revolución de Abril del 1965; después que hizo esa Revolución –y los americanos vinieron– fue que se peleó para que durante cinco meses no nos aplastaran a nosotros en Ciudad Nueva: el pueblo fue que le dijo a [Joaquín] Balaguer en el 1968: «Por los votos, ya usted no sigue más»… y depositó alrededor del PRD una cantidad de votos que Balaguer, juntando a sus fuerzas, no pudo evitar. Nosotros confiamos en el pueblo dominicano… hay que confiar en el pueblo dominicano.