Lenguaje gráfico: Cristian Hernández
1. ¿Este periódico es de fuera o lo hacen aquí? |
FH: Sí. Fuáquiti es un producto NACIONAL (como el periódico vespertino que tanto queremos y que cumple –nada más y nada menos– que cincuenta años… qué felicidad…). Es el resultado de la amistad y la admiración de un grupo de artistas que tenían un sueño común y se juntaron para poder llevar a cabo un proyecto de calidad. No solo de calidad en la impresión, también en los contenidos y en el cuidado editorial. Para eso tenemos dones puestos a disposición de la gente. Y es muy bonito lo que está sucediendo.
2. ¿Y por qué es que no circula como antes? |
FH: Sí, Fuáquiti circula y muy bien. Lo que está sucediendo es que cuando dejamos 600 ejemplares en un punto… al rato vas y no hay ni uno. A veces tú lo mandas a un destinatario y, si se descuida, en la recepción de su oficina lo ‘agachan’ y dejan al dueño ‘bailando solo’. Hay colegios que mandan a buscar sus Fuáquiti. Pues tenemos un privilegiado grupo de lectores infantiles. Algunos centros educativos piden hasta 2 mil ejemplares. Son agalluses, sí.
También los mandamos a las universidades, a las estaciones del Metro, a personalidades que se van sumando. Se riega aquí y allá. Los jueves son días locos en la oficina porque anda el hormiguero atrás de su semanario. Es una experiencia preciosa ver a tanta gente con este afán por leernos. Hay lectores de provincias que nos han pedido que les mandemos allá y ellos mismos, voluntariamente, los distribuyen. Una vez no pudimos mandarles y nos dijeron hasta barriga verde.
3. ¿Y por qué no me llega? |
FH: Porque aún así, los ejemplares que imprimimos no son suficientes para cubrir la demanda que tenemos. De hecho, no se nos da el caso de ver ejemplares tirados en la calle. Cuando la gente los lee, si los presta dice: «con D de DEVUELTA». Los lectores de Fuáquiti son de todas las edades: toda la familia los lee, entonces cuando un lector lo consigue lo lleva para su casa, lo comparte con la familia y lo colecciona para leerlo después. Una vez nuestro mensajero tuvo un problema muy serio: cuando fue a llevar la nueva edición a un establecimiento, recogió la edición de la semana anterior (pues pensó que esos ejemplares habían quedado) y no le dieron golpe’ de casualidad. ¡Le querían caer a golpes al pobre Kennedy! ¡Señores, de pol Dio’, seamos más civilizados!
4. Pero la macaron con la página web, entro pero nunca están. ¿Qué es lo que pasa? |
FH: Fuáquiti nació como un proyecto editorial que pensaba crecer poco a poco. Al principio subestimamos la capacidad de lectura del pueblo dominicano y sacamos una página web sencilla, sin todos los poderes. Cuando vimos que una caricatura nuestra en 48 horas alcanzó 200 mil vistas en Facebook, nos dimos cuenta de que la página tenía que cambiar. Ahora nuestro equipo de trabajo está diseñando una nueva plataforma en la que nuestros lectores podrán navegar de una forma más amigable. Pronto-pronto la podrán visitar.
5. Y si Fuáquiti es de aquí, ¿por qué su nombre es extranjero? ¿Farah Hallal es un pseudónimo? |
FH: Ah yo soy cibaeña. Farah Hallal es mi nombre de verdad. Está en mi acta de nacimiento. Mi abuelo era libanés, pero yo nací en «Saicedo». Y crecí conociendo la historia oral de las hermanas Mirabal cuando nadie en este país hablaba de eso. Una siente que tiene algo qué dar por su país, y aquí estamos. Dándolo. Y yo soy solo una de un equipo de trabajo que hasta cuando duerme sueña con Fuáquiti. Si el mensajero no sale en su motor bajo agua y sol, por más que trabaje el equipo creativo, el semanario no llegará a la gente. Si Érika no transcribe las entrevistas, usted no las va a leer. Todos somos importantes y la suma de los saberes, experiencias y talentos es lo que nos hace lo que somos.
6. ¿Y es la oposición que los mantiene? |
La oposición nunca nos ha dado un chele. Al pobre PLD no le sacamos el pie del acelerador porque son los que están gobernando y uno sabe que hacen cosas buenas también, pero el rol de un medio de comunicación no es celebrar los chistes del gobierno, es recordarles que el pueblo no está solo. Estamos del lado del pueblo. Y queremos hacerlo bien. A veces se nos va la guagua, porque apenas cumplimos un año. Es verdad lo que Víctor dice, que también uno ‘la maca’ de vez en cuando porque estamos aprendiendo, pero –a la fecha– la retroalimentación que hemos recibido de gente en quienes confiamos y admiramos es buena. Académicos, políticos, gente de la vida sencilla nos va diciendo qué le gusta y qué no. Una muestra de ello es que estas preguntas nos las han hecho por lo bajo y, en vez de nosotros mirar pa’ otro la’o, estamos aquí haciendo público los cuestionamientos de nuestros lectores.
7. ¿Y les deja mucho dinero? |
FH: Los medios de comunicación, más con las características del nuestro: humorístico, gratuito, crítico, variado en contenido y lectores, son una fuente de poder porque pueden llegar a una cantidad tremenda de lectores. Por ejemplo, nuestro semanario se comparte y vuelve al dueño, entonces si a 60 mil lo multiplicas por cinco lectores puedes calcular que 300 mil personas leen la versión en papel. Lo lee quien sabe leer mucho y puede profundizar en la comprensión de las viñetas. Y lo lee quien sabe leer poco porque puede descifrar de forma sencilla conceptos que otros medios de comunicación plantean con mucha finura y poco comprensible. O sea que sabemos que nos leen niñas, personas apenas alfabetizadas y gente con un tremendo acervo cultural. Nos consta. Las redes sociales nos permiten interactuar con la gente que nos lee. Y recibimos todos los comentarios. Por eso seguimos creciendo, porque sabemos escuchar.
8. Sí, pero no se haga la loca. ¿Les deja mucho dinero? |
FH: Nos deja mucho orgullo (risas). Los medios de comunicación necesitan un tiempo para afianzarse en la comunidad de anunciantes. Por eso nos sentimos muy contentos con los anunciantes que se nos han acercado de forma natural, llamándonos y haciendo los acuerdos de espacio. Para eso Marcia de León es una leona: le busca al cliente todas las posibilidades (pero no como el banco aquel). Además, hacemos distribución especial en las zonas de interés de nuestros anunciantes porque queremos hacer con ellos una familia. Para apreciar el vehículo de promoción que es Fuáquiti hay que abrirse a otras opciones de negocio. Somos una novedad en el país y, a veces, cambiar de paradigmas es difícil. Lo importante es que sí llegamos a los lectores, que sí nos leen y releen, y lo hacen sintiendo un estado de ánimo propicio para recibir cualquier propuesta. En nuestro medio no publicamos noticias sanguinarias, lo que hacemos es llevar formación ideológica en sintonía con valores ciudadanos.
9. ¿Pero son caricatura política o no? |
FH: Somos de todo. Hemos incluido un suplemento infantil. Nuestros entrevistados varían desde psicólogos, fotógrafos, escritores… También publicamos literatura. Humor familiar, humor político y social. No podemos quedarnos solo en la cháchara. Ese no es nuestro perfil. Pensamos mucho cada cosa que sale publicada porque respetamos a nuestros lectores y somos conscientes de que el respeto no nos lo ganaremos haciendo el trabajo a medias o por salir del paso. Las cosas se hacen bien o no se hacen. Orientamos a la gente para mejorar el comportamiento de vida ciudadana. Aconsejamos sobre el ruido, la violencia, el amor familiar, la violencia de género, la protección de la infancia, etcétera.
10. ¿Qué harán ahora? |
FH: Seguir creciendo. Seguir aprendiendo del corazón de la gente. Lanzar pronto nuestra página web, para que siga llegando a todos los continentes, pero con más posibilidades. Dar cabida a toda la familia con secciones fijas, seguir recibiendo todos los comentarios, vía redes sociales, que nos ayudarán a crecer y ser mejores.