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Aisha Syed Castro (no.59)

POR:


Lenguaje gráfico: Cristian Hernández

Escuchar una interpretación de Aysha en YouTube, canal por el que se sube de todo y se oye de todo es un espectáculo, pero ver a este ángel divino tocando –y tener una la suerte de estar en primera fila– es una experiencia inolvidable. No solo es virtuosa porque sabe tocar muy bien el violín, es por mucho más. Una espectadora, del concierto con el que Aysha deleitó en el Methuen Hall de Lawrence, EEUU, comentó que mientras la escuchaba pensaba: «Dios mío, ella se va a meter en el violín». Y es cierto, se mete en el violín y el violín en ella. Toca con magia y te resucita. Pero, además, es una artista muy humilde y generosa. Muy unida a su país y con muchos sueños de ver políticas educativas y culturales que desarrollen el arte en los jóvenes.

 

Cuando el alcalde de Lawrence, de origen dominicano, Daniel Rivera, la recibió en el escenario, ella con su traje de ángel azul, el pobre hombre casi se desmaya y exclamó: «esto tiene que ser un error». Y me dio risa, por un lado, que le impactara tanto que una chica de 27 que parece de 17, tuviera una trayectoria como la que acababa de leerse, considerándosele ser  una de las diez virtuosas más importantes en todo el mundo.  Pero cuando había que desmayarse, o sea caer redondo, era cuando Aysha tocaba y de vez en cuando sus ojos de enamorada se posaban en los ojos de su esposo, que la aplaudía con el corazón desde su asiento.

 

Si aún alguien cree que exagero, nada más sepa que fue tanto lo que me impactó escucharla interpretar estas piezas, que sentí que mi vida cobraba otro sentido, que estaba en otro lugar donde nada duele ni nada puede alcanzarme.

 

1. Cuéntame sobre tu nuevo disco.

AS: Nosotros lo lanzamos en la República Dominicana a nivel nacional exclusivamente por el Club de Lectores del Listín Diario y globalmente –ya gracias a Dios– va a estar de venta el 4 de noviembre en todas las plataformas ‘habidas y por haber’.

 

Ya está, de hecho, en preventa y es un disco que está muy cercano a mi corazón, y no solamente por las obras, sino por el hecho de que hay cosas, muchos elementos maravillosos –por la gracia de Dios– juntos, plasmados en este disco y varios de ellos son, por ejemplo: la Orquesta Lietuvos Kamerinis Orkestras, que es una orquesta maravillosa. Esta orquesta ha acompañado a grandes visionarios de la música clásica del siglo pasado, desde Yehudi Menuhin, Rostropovich, Sara Chang, Vadim Repin.

 

Para mí, poder haber hecho este estreno mundial, de un concierto de un maestro laureado que ha recibido este premio del Primer Ministro lituano y que no solo eso, sino que me dedicara esta obra de arte, es un gran privilegio y –claro– el violín Stradivarius que utilicé, que es del 1690, por la gracia de Dios y gracias a Florián Leonhard Fine Violins en Londres y, entonces, poder tener todo eso plasmado en este disco, gracias también a mi disquera en Londres Clasical Recording Company.

 

2. ¿Cómo se llama el disco?

AS: El disco se llama «Martinaitis» que es justo el apellido del compositor lituano y, claro, tenemos otras cuatro piezas latinoamericanas bien amadas, de cuatro compositores que me fascinan. Está Heitor Villa-Lobos, el brasileño, está José White, cubano y dos dominicanos que son José Dolores Cerón y el maestro Rafael Solano. Entonces, poder conjugar esas cuatro joyas de piezas con este concierto de violín y la orquesta, es para mí un gran privilegio, especialmente porque ya –como mi tercer disco–, es un disco que está siendo acompañado con una orquesta y no con un pianista que es de igual manera satisfactorio, pero esto es aún  más significativo para mí.

 

3. Y de tu niñez, ¿con qué tú te quedas? Porque para tú ser quien eres hoy, tú tienes que hacer una inversión de tiempo y haber hecho elecciones, ¿cuáles fueron los aciertos, las claves de tus decisiones?

AS: Bueno yo desde chiquita, gracias a Dios, siempre tuve el deseo de hacer las cosas con una disciplina bien enfocada, mi mamá ha sido una fuente de inspiración bien, bien grande.

 

Primero que todo mi Señor Jesús, yo a Él le dedico todas las cosas y, después de eso, exaltar a mi país, ya oficialmente nombrada como Embajadora de Buena Voluntad para la Promoción Cultural Honorífica por el Sr. Presidente [de la República Dominicana] Danilo Medina hace unos meses, bueno hace un año justamente, en octubre del año pasado, para mí ya no es solamente un privilegio representar a mi país sino un deber; entonces ese deber de poder hacerlo de la mejor manera posible es algo que está en mí para cada concierto, para cada presentación; entonces yo me llevo de mi niñez eso… las disciplinas que aprendí y que sigo aprendiendo, porque es algo que se puede perder en cualquier momento y que hay que siempre tenerlo ahí, en la mira.

 

4. Muchas veces la gente, por falta de darse una oportunidad escuchando música clásica, cree que es aburrido, ¿qué le dirías a esas personas que nunca se han dado la oportunidad de escuchar –de verdad–una pieza clásica?

AS: Bueno comenzar primero por las cosas que son más apetecibles al oído, por ejemplo, una que otra sinfonía de Mozart, piezas cortas, virtuosas, de compositores españoles, que nosotros –los latinoamericanos– conectamos mucho con eso.

Vamos a estar escuchando en el concierto de mañana [en Massachusetts en el Methuen Hall el 21 de octubre pasado] algunas de esas piezas de Mozart y Paganini, que es un virtuoso extraordinario. Estaremos tocando «La Campanella» de Paganini que fue una pieza maravillosa que tocamos en la BBC de Londres en 2015 y que ellos eligieron como interpretación milagrosa «Performing Miracles», por la gracia de Dios, en su lista prestigiosa de allá, entonces el concierto de mañana [21 de octubre pasado] va a tener piezas hermosísimas, algunas de ellas súper difíciles, pero que son bien apetecibles para el oído. Yo les aconsejaría eso para que se vayan acostumbrando.

 

Ahora, yo creo que es el 2% de la población mundial que consume la música clásica puramente, no estoy hablando de crossover porque muchas veces la gente se confunde

con el crossover y cree

que todavía es música clásica, pero realmente no lo es. Nada más es el 2%

de personas que consumen la música clásica, claro yo quisiera que

se expandiera,

pero yo

soy muy realista

en cuanto a esto… y en cuanto a lo que deseo hacer. A mí me han hecho muchísimas ofertas de hacer esto o lo otro, con este género o con aquel género, con tal artista, pero yo amo lo que yo hago y mi pasión, primeramente por exaltar a mi Señor Jesús, y después todos estos compositores Brahms, Beethoven, Mozart, Bach, es una cosa extraordinaria. Eso yo dijera que comenzaran con las piezas que son más apetecibles.

 

5. ¿Qué tú crees que hace falta en el Conservatorio Nacional de Música?

AS: Honestamente, para mí sería un sueño hecho realidad que todas las escuelas, tanto públicas como privadas, incluyeran la música como materia obligatoria. No necesariamente música netamente clásica, sino que sea una educación en la que todos los jóvenes y los niños puedan leer la  música, puedan interpretarla, puedan conocer uno que otro instrumento, como lo hacen en muchísimos países europeos. Claro, hay que tener muchísimo presupuesto y el deseo de hacerlo y creer que eso va realmente a realizar un cambio en la sociedad –que lo hace– porque lo hemos visto en países como Venezuela y, claro, en el resto de Europa.

 

6. ¿Qué cambio hace?

AS: Un cambio social enorme, es que ya –cuando tú le das un instrumento a un niño, a un joven–, primero no tiene tiempo para ir a salir a perder el tiempo porque lo necesita para practicar ese instrumento, segundo tiene algo por lo cual soñar ¡y eso es tan importante! Muchas veces quizás ni siquiera continúe haciéndolo de grado profesional, pero sí le deja ese conocimiento tan grande que se ha probado mejora el cerebro en los seres humanos.

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