¡Señores, cuánta agua! Más de diez mil personas desplazadas por las lluvias, y al momento de escribir esto, al menos cuatro provincias: La Vega, Sánchez Ramírez, Duarte y San Cristóbal, en alerta roja, la máxima, porque sus suelos están saturados que no les cabe una gota más.
Lo peor es que se esperan más lluvias para las próximas 72 horas, por lo que se mantiene la alerta de inundaciones para 27 provincias, por lo menos.
El Centro de Operaciones de Emergencias (COE), de donde tomamos los datos, informó que el número de comunidades aisladas asciende a 59, en tanto hay 14 puentes dañados, y más de dos mil viviendas damnificadas, además de 24 carreteras afectadas por las fuertes lluvias.
En las comunidades de El Naranjal y el Higüero se reportaron dos personas muertas y en Enriquillo, Barahona, se tuvo noticias de alguien desaparecido, en un balance triste para el país.
Lo que además es motivo de preocupación es que este tipo de desastre natural, acarrea una serie de situaciones más graves que afectan la calidad de vida y la salud de la población. El cierre de 34 acueductos, por ejemplo. La falta de agua potable se convierte en una limitación angustiante.
Incluso muchos han pedido declarar a San Cristóbal en Estado de Emergencia, por los daños causados por las aguas, donde resaltamos los problemas de comunicación y transporte, ya que millares de sancristobalenses trabajan en diferentes zonas de la capital.
San Cristóbal nos duele especialmente. En el 2012 ya se había declarado en estado de emergencia por el tema de la basura y fue considerado el municipio más afectado por chikungunya, dengue, y enfermedades respiratorias e intestinales asociadas con residuos sólidos. Imagínense ahora, que las aguas arrastran todo tipo de basura y contaminación, poniendo en riesgo la salud de manera alarmante. Porque el improvisar vertederos no se ha solucionado.
Lamentablemente, los seres humanos reaccionamos cuando las cosas nos tocan muy de cerca o en carne propia, y es por eso que resulta inconcebible que vivamos tan lejos del sufrimiento de nuestros hermanos. ¿Hay que esperar que venga una inundación para saber que miles de dominicanos viven en zonas inhabitables?
Las autoridades del Ministerio de Educación, por mencionar uno, andan evaluando los daños causados a sus escuelas. Nosotros preguntamos: ¿Se debe dañar un bien del Estado por aguaceros en un país tropical con una temporada de huracanes?
Seguimos con el mismo clamor: AUTORIDADES ASUMAN SUS RESPONSABILIDADES y nosotros los ciudadanos vamos a cumplir con las nuestras.