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Están acabando con el patrimonio nacional

POR: Luis Reynaldo Pérez

El abogado José Hoepelman, a través de un noticiero local, denunció que los murales de bronce de las fachadas del Congreso Nacional y de la Suprema Corte de Justicia vieja han sido sustituidos por réplicas de fibra de vidrio.

Los murales de la Cámara de Diputados son de la autoría de Domingo Liz y moldeados por el escultor Antonio Toribio y los del edificio viejo de la Suprema Corte fueron realizados por el maestro José Vela Zanetti.

¿Quién autorizó sustituir esos murales? ¿Dónde están esas obras de arte?

No es posible que desde el propio Estado se vulnere el patrimonio cultural dominicano. Y no haya consecuencias por esto.

Es necesario que se investigue este caso a profundidad para determinar responsabilidades y sancionar a los implicados.

El Estado, llamado a velar por la protección y conservación del patrimonio artístico, debe también tomar cartas en los casos en que murales de grandes artistas plásticos han sido borrados de las edificaciones y recordamos los casos del mural de Silvano Lora en la Facultad de Economía de la UASD; el del artista venezolano Carlos Cruz-Diez en los silos de Molinos Dominicanos; el de la iglesia de Jarabacoa (que fue cubierto con sábanas por un sacerdote luego de ser impedido de borrarlo) y el caso reciente del mural de Ángel Haché en Utesa.

Sorprende que desde dos universidades, lugares de conocimiento, se haya realizado esta práctica lesiva al arte y la cultura.

Ojalá y las autoridades del Ministerio de Cultura y de las instituciones señaladas, Cámara de Diputados y Poder Judicial, asuman la búsqueda y restauración de esos murales en sus respectivas edificaciones.

Da pena que a este maldito sistema de corrupción e impunidad, en que vivimos, ni el arte se le salva.