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Buscando un símbolo en Navidad (No. 66)

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El ser humano es un sujeto simbólico. Los símbolos hacen brotar en nosotros una serie de ideas asociadas que nos sirven (o buscan eso) ayudarnos a vivir mejor. Hay un símbolo de la paz. Un símbolo del comunismo. Y un símbolo que nos indica que tal alimento no contiene gluten. Los símbolos nos dan – sin bla, bla, bla– información importante.

Al margen del toque religioso que los creyentes dan a esta época de paz y amor (que no quiere decir que el resto del año no necesitemos paz y amor), la época Navideña, con su brisita y su doble sueldo, es una época de fiesta, de gasto, de accidentes, de abrazos por los reencuentros y de lágrimas por cuanto nos parece irrecuperable.

Es mucho lo que perdemos a lo largo de un año. Perdemos la fe en nuestras capacidades, el aprecio y reconocimiento de nuestros propios valores y los valores de quienes nos rodean. Perdemos a seres queridos… pero también ganamos experiencias y vamos juntando pequeñas y grandes alegrías que nos llenan de satisfacción y hasta orgullo.

En Fuáquiti, por ejemplo, hemos tenido que decir adiós a compañeros que están desarrollándose en otros espacios. Les recordamos y agradecemos ser parte de nuestro equipo y poner su grano de arena para el crecimiento colectivo de quienes editamos el semanario. Pero también sumamos: más de 20 mil personas visitaron nuestra página web, ahora más amigable y fácil de navegar, durante la semana pasada. ¡Y la cifra sigue ascendiendo!

Fuáquiti es apreciado por toda la familia. No es un cliché: nos leen primeros lectores que buscan en el suplemento infantil un material apto para sus edades y gustos; nos leen personas de la tercera edad. Nos leen los mensajeros y los ejecutivos. Nos leen y comparten las maestras y los choferes de voladoras… pues la lectura de Fuáquiti no es tan sencilla como parece: también este semanario que tienes en las manos es un símbolo y está minado de significados.

Cada cuadro de caricatura es cuidadosamente pensado, escrito, ilustrado y revisado para que lleve sobre sus alas un contenido significativo que el lector podrá ir descubriendo en la medida en que esté informado de los acontecimientos… y en la medida en que sus propias reflexiones den a la lectura un significado personal… único. Y, por supuesto, válido.

¿Por qué nuestra nueva página web sigue siendo visitada y compartida? Porque el lector es también un símbolo. Esa cifra nos dice, por ejemplo, que a nuestros lectores les importa reflexionar sobre el acontecer nacional. Y, como muchos de nuestros visitantes son menores de 35 años, también nos dice que en el país hay esperanza en la juventud. Que sí estamos interesados en pedir cuentas de hacia dónde va la patria.

Para Navidad, nuestro equipo desea –a cada familia que nos recibe– encontrar su símbolo. ¿Qué nos define y nos hace ser la familia que somos? Es cierto que las familias no son perfectas. En nuestra familia laboral de Fuáquiti, también tenemos diferencias, pero buscamos la manera de comunicarnos, solucionar, proponer y dejar pasar. Para esta Navidad deseamos que las familias permanezcan juntas, que no haya ni un solo derramamiento de sangre por accidentes o riñas. Que quienes son amantes exagerados del alcohol despierten y comprendan que los excesos de este tipo nunca traen felicidad, al contrario: nos hacen experimentar vergüenza y arrepentimiento.

Esta Navidad, como cada año después de la tragedia, extrañaré mucho a mi hermano Najib. Extrañaré cómo pasaba por la cocina en Noche Buena para comer antes de tiempo los quipes… extrañaré esa forma única de saborear la comida y hacerte saber que no hay ninguna cocinera como tú. Pero también abro mis brazos a toda la gente nueva que va llegando a mi vida, haciéndola mejor.