Para septiembre del año pasado, no teníamos oficina. Nos reuníamos a trabajar juntos y, a veces, jugábamos al juego de la silla caliente, viendo a ver quién tendría que sabanear una silla por ahí. Cuando la gente de las oficinas de al lado nos escuchaba con nuestros debates creativos, era como para augurar que Fuáquiti no saldría nunca a la luz. Ni Relámpago Hernández y Jack Veneno en el Parque Eugenio María de Hostos nos ganaba.
Reunir gente creativa tiene vena explosiva: todo el mundo opina y cree que sabe. Y allí, entre risas y darle al coco, no corrió sangre de casualidad. Hoy no tenemos que pelear por sillas. Pero, igual seguimos confrontándonos para sacudir ideas, despachar los malos espíritus y reírnos de la vida y de nosotros mismos.
Hay quien piensa que la risa es inofensiva. Pero no. Es una herramienta poderosa que nos ayuda muchísimo a vivir. Cuando dices lo que necesitas comunicar de una forma chula, la gente se vuelve más receptiva y abierta a las nuevas ideas. Fuáquiti ha sido una nueva idea que no surgió como un copy-paste. Surgió porque Víctor, Wilson, Cristian y los demás miembros del equipo de esa época aprendieron de sus errores del pasado y porque juntos apostamos por crear un medio que no se parece a ningún otro ni de aquí ni de fuera.
A quien no le guste que voltee la cara: tenemos potencial de cambio y vocación para crecer. Sacamos un suplemento infantil porque descubrimos que niñas y niños de todas las edades nos leen. Sacamos poemas de mujeres como una forma de honrar en el mes de marzo el talento y las voces femeninas del país. Publicamos caricaturas políticas y sociales para transmitir a la gente modelos de ciudadanía más responsables y comprometidos. Rabiamos con hechos que nos avergüenzan. Nos hemos cuidado de no caer en malos pasos asociándonos a gente de dudosa reputación y, como la tortuguita de la fábula, vamos paso a paso… llegando a nuestras metas.
Una novedad que tenemos en nuestra presente edición, es que nos hemos visto en la circunstancia de «autoentrevistarnos». ¡Eso yo jamás lo había visto! Pero la cosa es la siguiente: hemos recogido ‘preguntas frecuentes’ de nuestros lectores, percepciones sin fundamento o con fundamento, y hemos aprovechado la entrevista de la Edición Aniversario para responderlas. Algunas nos pusieron en aprietos, pero es lo que sucede cuando –con transparencia– dejas que tus lectores te entrevisten. Que es lo mismo que decir, que tengan voz.
Dice un dicho que «uno pone y Dios dispone», y eso es lo que nos ha sucedido. Nuestros lectores nos han ido modelando y, como les hacemos caso, hemos ido abriendo nuestra creatividad a la creación de espacios acordes. Es la belleza de los proyectos vivos: Fuáquiti es un medio de comunicación tamaño familiar, no porque tenga secciones para toda la familia sino porque, además, CADA MIEMBRO de la familia LEE y RELEE todas las secciones. Así que lo que nació como un producto editorial especializado para unos pocos, se ha ido convirtiendo en una celebración familiar size extragrande.
Celebremos juntos nuestro primer añito de vida, porque lo único que nos hace caminar cada día, es saber que el próximo jueves un ejemplar nuevo florecerá entre tus manos.