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Diario de un favorecido 4 DE OCTUBRE DE 2018

POR: Cosme Peña

Charles el pequeño gigante
(Dedicado al Dr. José Casado y al Lic. Carlos Cuello)

 

Para la exigente y estilizada París de los años cuarenta, sus 5 pies y cuatro pulgadas y aspecto físico, eran una marcada desventaja que le cerraría las puertas a los grandes escenarios. Desencajaba en el ‘’statu quo’’.  Creció en un ambiente artístico, su padre inmigrante armenio, víctima de la persecución turca, era dueño de una cafetería, punto de encuentro de artistas callejeros, de amantes furtivos, de la bohemia parisina. En ese ambiente atiborrado de arte y licencias sociales, nace en el año 1924 Varenagh Aznavurian mundialmente conocido como Charles Aznavour.

Desde pequeño cantaba y actuaba, recibió sus primeras lecciones de manos de su padre. Su corta estatura y su físico, poco atractivos a los estándares de la época, eran motivos del rechazo por parte de los directores con los que audicionaba. No fueron uno ni dos los directores que prejuiciados con su figura, ni siquiera le prestaban atención. Mientras esperaba la oportunidad como cantante, se dedicó a la actuación, recorrió toda Francia haciendo comedias con una compañía de teatro. A la par componía sus canciones, que enviaba a estrellas residentes en el altar del éxito, con la ilusión de que algunas de sus composiciones fueran seleccionadas. Es en ese tiempo que llega una de sus composiciones a Edith Piaf, la ‘’Gorrión que canta’’ la más grande cantante francesa de todos los tiempos; un icono, la cual quedaría prendada del talento, del joven compositor, en él veía la marca del rechazo del que ella misma también había sido víctima. Aznavour sería posteriormente su secretario, chofer, asistente personal. Viajaron juntos a New York,  presentándose en el Carnegie Hall.

Charles, al igual que  los de su gigantesca estirpe, tuvo unos inicios bastante difíciles, le increpaban por ‘’bajito, feo e inmigrante’’, a pesar de estos epítetos, llenos de odio, resentimiento e ignominia, y constante ‘’Bulling’’, este gigante no prestó atención a estas maledicencias; es sabido por los estudiosos del comportamiento humano, que el rechazo bien canalizado puede ser un catalizador de motivación para seguir avanzando, para estos seres revestidos de una coraza inmortal, sus sueños y sus metas están por encima de las bajezas de estas coletillas mordaces. Para más detalles de sus inicios recomiendo su autobiografía Aznavour por Aznavour, escrita con antelación en los años setenta.

Charles tuvo éxito como actor, su carrera cinematográfica fue extensa y exitosa, ya para el año 1957 era toda una celebridad, llenaría temporadas completas en el famoso teatro Olympia. Alterna su carrera entre el canto, composición y la actuación, logrando éxitos en todas sus canciones, recibió varios discos de platino. Artistas de la estatura de Ray Charles, Fred Astaire, Julio Iglesias interpretaron sus canciones. Su consagración como actor vendría con la película ‘’La Cabeza contra el Muro’’ (1959) por la cual recibió múltiples galardones. En su dilatada carrera artística compuso más de ochocientas canciones, muchas de ellas éxitos mundiales, como La Bohemia, Venecia sin ti, La Mamma, Y por tanto, entre otras.

A los 80 años protagonizó la película Papa Goriot basada en la novela de Honore de Balzac. Esta novela me fue presentada en mis años mozos por el amigo Fernando Moore, un apasionado de la obra de este autor. Recuerdo en mi Diario el sabor amargo que dejaría en un joven la desdicha del padre, los romances en el Sena, el sacrifico del padre ante las manipuladoras y perversas hijas.

Aznavour pequeño en estatura, grande de la canción, composición y actuación. El mundo hubiese sido un lugar peor del que tenemos sin la lírica de sus canciones, tomó la mejor decisión de cerrar los oídos a sus descalificadores, de haberlos escuchado nos hubiésemos privado de este prodigioso talento. Cuántos hoy en día, como el Aznavour de los años cuarenta, están llenos de ideas, dones y talentos, escondidos por el temor a los malos juicios de algunos ‘’expertos’’ y francotiradores de la envidia. Pero hoy es un excelente día para que aquel talento, idea, proyecto lo saques del baúl del olvido, que lo intentes, que lo lances; esos que te critican hoy, serán los mismos que te alabarán mañana.

En su autobiografía, Aznavour reconocía que la grandeza de su obra no estaba en su voz, sino en la perseverancia, gracias Charles, el mundo despide tu cuerpo jamás tu obra.

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