POR: Cosme Peña
El jueves 16 de agosto a los 76 años se apagó la voz de la que fuera considerada la más grande cantante del siglo XX, Aretha Franklin, la reina del Soul, sus últimos años contendió contra un cáncer pancreático, sus familiares en una breve nota a los medios informaron ‘’partió en paz en su casa, tranquila, con el espíritu tranquilo sabiéndose haber cumplido con su labor’’.
Hija de un pastor evangélico y de una cantante, sus padres se separaron siendo ella muy pequeña. Se afirma que su padre llevaba una vida licenciosa, maltrataba a Aretha y a su esposa, por lo que esta última tuvo que abandonar el hogar e irse a vivir con unos familiares. Recibiría de manos de su padre las primeras lecciones de canto y de piano; a los doce años fue promovida a solista principal del coro de la iglesia.
Su vida estuvo marcada por la tragedia y momentos difíciles; se pudiera señalar que su infancia fue desdichada. La rigidez del padre, la ausencia de la figura materna, la hizo caer sentimentalmente en los brazos de un compañero de estudios quedando embarazada a los doce años, y dos años mas tarde de un segundo embarazo con otro joven. No obstante a lo que muchos pudieran considerar una desdicha y con sobrada razón, la que sería considerada luego la reina del Soul, decidió continuar con su vida. A los dieciocho años se marchó de su ciudad natal, con muy pocos dólares, pero repleta de sueños; el camino que le esperaba estaba lleno de espinas y no pocas dificultades, cantó en numerosos lugares, la mayoría de poca reputación; años más tarde recordaría que ‘’mientras más cantaba más cerca veía la cristalización de mis sueños’’.
En estos tiempos conoció a su primer esposo y manager Ted White con quien tuvo una relación muy turbulenta y fatídica, connotados biógrafos de su vida afirman que este abusaba física y verbalmente de ella. Es en estos tiempos en medio de tantas peleas que se inspira e interpreta con sentimientos desgarradores, la balada “Ain’t No Way’’. Otra canción y revolucionaria para la época es ‘’Respect’’… ‘’todo lo que te pido es un poco de respeto cuando llegues a la casa…tus besos son tan dulces como la miel, mi dinero también… dame mi dinero…’’
A pesar de las situaciones tristes y dolorosas que atravesó en su infancia y primera juventud, que habrían debilitado y destruido a cualquier persona, Aretha Franklin confiaba en Dios, a Él le cantaría en el año 1972 con interpretación primorosa, el himno clásico ‘’Amazing Grace’’ que en su voz trascendería en una de sus más icónicas canciones, ‘’Maravillosa gracia…una vez estuve perdido, pero ahora he sido hallado, estuve ciego ahora veo, la solemne gracia que salvó a un perdido…’’
Recibió de manos del doctor Martin Luther King el primer disco de oro de su carrera. Durante su dilatada y exitosa carrera artística recibió 18 Grammy e innumerables reconocimientos. Cantó para presidentes y jefes de estado como Jimmy Carter, Bill Clinton, Obama y el papa Francisco.
Aretha, como muchas mujeres de hoy, batalló permanentemente con el sobrepeso. Tuvo crisis de alcoholismo, pero esta alma sensible siempre tuvo palabras de agradecimiento, por todo daba gracias, se sentía una mujer privilegiada. La merecida y bien bautizada reina del Soul, nunca tuvo un sentimiento de venganza. Convirtió su sufrimiento en un descontento motivador que le impulsó a lograr sus objetivos. Aretha pudo haberse quedado llorando y lamentándose, sin embargo ella permutó este dolor y sufrimiento por el gozo que da el Señor.
Esta mujer cuya piel era del color de la noche, superó las barreras raciales, la segregación. Con su arte abrió las puertas para que otros cantantes de su misma raza llegaran al altar de la fama. Su espacio está reservado en el templo en la inmortalidad. Su vida es un paradigma de superación para millares de mujeres, para madres adolescentes y solteras, maltratadas física y emocionalmente. Aretha enseña que con metas definidas, un plan de acción y sobre todo la fe en el Dios que obra milagros, se puede abrir caminos y llegar a la cima. Se fue físicamente de este mundo, pero su voz angelical nos acompañará por siempre, para el deleite de la presente y futuras generaciones.
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FE DE ERRATA, en la edición 152 en vez de decir 153 aniversario de la Restauración debió decir 155.