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Diario de un favorecido 2 de mayo

POR: Cosme Peña

’Un lector vive mil vidas antes de morir. La persona que nunca lee vive solamente una’’ George R. Martin.

Con la celebración de la 22a Feria Internacional del libro Santo Domingo 2019 (FILSD) nueva vez el país está de fiesta. El año pasado propusimos desde Fuáquiti que fuera mudada de la Plaza de la Cultura. En la edición 135 expusimos las razones. Las nuevas autoridades encabezadas por el ministro Arq. Eduardo Selman y la dinámica e incansable directora Ruth Herrera atinaron en la selección del lugar.  Esta apuesta al casco histórico conlleva una logística y preparativos extraordinarios, demandan energía extra y fuerzas renovadas con la motivación y empeño para armonizar espacios disímiles con la amplísima oferta cultural, siempre en armonía con los intereses de los visitantes.

Libreros y editoras consultados testimonian satisfacción por esta mudanza, alejar la FILSD de las paradas del metro, inhibe o dificulta la asistencia al tigueraje que durante los últimos cinco años iban con intención aviesa de alterar el orden público. Fue así como las familias dejaron de asistir a esta fiesta, por el temor de ser agredidos por esta turba. Este año la concurrencia ha sido evidente, con la FILSD la ciudad colonial viste sus mejores ropas.

A decir por las verdaderas editoras y reales libreros (quedan pocos) el libro y principalmente el dominicano fue perdiendo su protagonismo; actores infiltrados como las pizzas, jugos, refrescos, bisuterías, empanadas y ‘’matatiempos’’ ocuparon primerísimas actuaciones, relegando al libro a papeles secundarios.

Stands multimillonarios de instituciones públicas que nada tenían que ver con el protagonista de la feria, fueron erigidos, imponentes, ‘’pirámides’’ de sheet rock desechables fueron vitrinas de egos y megalomanías.

Espectáculos masivos con artistas vulgares, poco ayudaron, todo lo contrario, alejó de la FILSD a los amantes de las hojas de papel tintado, aromatizadas en las máquinas inventadas por Johannes Gutenberg. La transgresión se apoderó de la Plaza de la Cultura. Unos cuantos resistimos estoicamente.

Se ha avanzado, pero aún faltan acciones que produzcan vínculos entre los libros y los lectores, mientras más jóvenes, más se crean estos vínculos, más fuertes serán. Por eso hay que fortalecer las bibliotecas infantiles y juveniles. Lectura necesaria, leer el libro: Bibliotecas Escolares, Lectura y Educación de Juan José Lage Fernández, en esta obra el autor plantea las características que deberían tener estas bibliotecas.

La Cruzada Nacional por la Lectura anquilosada en el MINERD debería lanzarse sin retardo, con autores dominicanos vivos, dispuestos a asistir a las aulas y clubes de lectura, a compartir su obra con niños y adolescentes. Los libros y autores están ahí. Torpedeados por intereses mezquinos de sectores que desconocen la realidad de las aulas, que solo concuerdan con sus intereses mercuriales, que nunca han ido a un aula de una escuela pública, por tanto, ignorantes de sus necesidades, con autoridades genuflexas, algunas mediocres y vulnerables al chantaje mediático.

Aplaudimos y celebramos el esfuerzo de las autoridades actuales en devolver el esplendor a su verdadero protagonista. El libro se basta. Jamás una persona será la misma desde que entra en contacto con las páginas de un buen libro.

Apoyemos nuestra FILSD, asistamos con nuestras familias y amigos, las editoras y libreros les esperan con brazos abiertos y ofertas atractivas.

Comentarios son bienvenidos a direccion@fuaquiti.com