A+ A A-
A+ A A-

Diario de un favorecido 15 DE AGOSTO DE 2018

POR: Cosme Peña

Ayer, se conmemoró el 153 aniversario de la Restauración de la República Dominicana, un hecho trascendente en nuestra historia. Con la Restauración de la República, se recuperó la soberanía nacional, mancillada por las apetencias personales del Gral. Santana y de su grupo económico militar. La bochornosa anexión del 1861, se produjo apenas unos pocos años después de la Independencia Nacional.

Bastaron solo diecisiete años para que valores como la libertad, el amor a la patria echaran sus raíces en la colectividad nacional, aunque poco profunda en la clase gobernante, pero sí encontraron tierra fértil en una juventud patriótica, vibrante y amante de las obras libertarias. Un grupo de jóvenes entre ellos, Santiago Rodríguez, Pepillo Salcedo, Gregorio Luperón, Benito Monción, Pedro Pimentel, Gaspar Polanco, encabezaran el movimiento libertario. No fueron perfectos, tuvieron sus desavenencias, pero estas no les impidieron unir sus fuerzas para luchar contra el enemigo común, aquel que mancillaba con sus botas tiranas la superficie libre hasta ese momento de toda nación extranjera, aquella tierra en el mismo trayecto del sol, sueño primigenio de los trinitarios, Duarte, Sánchez, Mella, Pina, Pérez, Serra, Benito González, Alfau, Ruiz, Ravelo, Jacinto de la Concha.

En la colina de Capotillo (Dajabón) por primera vez en casi tres años, se izó la bandera tricolor. La bandera de Concepción Bona, María Trinidad Sánchez. Los transeúntes, caminantes, no fueron indiferentes a ella. Volvía a ondear la cruz inmaculada de la bandera tricolor, esta cruz, emulaba la redentora, la cruz del Gólgota, portadora del Mesías. Mientras más alta ondeaba, más exacerbaba los sentimientos patrios, no había término medio, ser libres o morir. Los restauradores lucharon en condiciones desfavorables, luchaban contra una potencia. Rústicos machetes contra modernos cañones. Ejércitos organizados y bien armados contra jóvenes dotados de valor. Ofrendaron sus propias vidas, sus cuerpos eran sus propias armas, uno especial: Luperón, alma noble, quien derrotaría a las fuerzas interventoras con la estrategia de guerra de guerrillas. Luego como presidente pudo haberse perpetrado en el poder, tenía el coraje, la reputación, las armas. Su desapego a las bondades temporales del poder, le hizo realizar un gobierno de paz, algo inusual en la época, traspasar el poder a su sucesor el Presidente Meriño. La historia lo ha distinguido como uno de los más grandes dominicanos, merecedor del título también de padre de la patria.

Otro joven, Nehemías, copero del rey persa Artajerjes,  relata la Biblia, tuvo la tarea de restaurar los muros de Jerusalén, renunció a la comodidad que le brindaba su profesión y cercanía con el rey, y, contra los pronósticos de las voces agoreras y negativas viajó a su tierra natal, a reconstruir sus muros. Le intranquilizaba en sus adentros, saber que Jerusalén estaba desprotegida, a merced de sus enemigos, pidió permiso al rey, y con la ayuda de Dios y de las autoridades emprendió una tarea imposible para sus contemporáneos. Los muros fueron reconstruidos.

La restauración es un proceso, siempre comienza con una decisión. Es una tarea harto difícil. Inicia con una vida, con la familia. Vidas y familias destruidas hoy pueden ser restauradas. El Señor, el arquitecto por excelencia está disponible para restaurar tu vida y la de tu familia. Familias restauradas conllevará una nación alejada de la ignominia, de la corrupción, de la desidia. Una nación restaurada será el sueño hecho realidad de Duarte y Luperón.

¿Cuáles áreas de tu vida, de tu familia, necesitan ser restauradas? ¿Cuáles muros están caídos (enfermedad, una pareja, hijos, deudas, depresión, angustias) en tu vida? ¿Cuáles de estos muros caídos, te impiden ver la gloria y el poder del Dios que todo lo restaura? Hoy es tu 16 de agosto. Hoy es el mejor día de tu vida. Hoy es el día donde el Dios que todo lo puede, te dice: estoy disponible a través de mi Espíritu, para sanarte, bendecirte y restaurarte. Anímate. ¡Hoy es el día de tu Restauración!

Comentarios son bienvenidos a direccion@fuaquiti.com