POR: Cosme Peña
El Punto de Reina
Incredulidad y estupor causó el video donde la Señora Reina Perez una doñita de sesenta años y su hijo Kelvin de treinta, despachaban sus ‘’mercancías’’. Clientes ávidos, rogaban ser atendidos, la premura era obvia.
El susodicho video, que se hizo viral en pocas horas, es atribuido por algunos contiguos ‘’a una trampa que le pusieron a su vecina; Reina es buena y honesta, que solo vendía su clerencito’’.
En el video se escucha a la cofradía, impaciente vociferar: Reina, mamá, moreno, deme doscientos, deme seiscientos… les perturba que se termine ‘’la mercancía’’. El ambiente me recordó al colmado de Juan, el amable sureño, donde un grupo de niños competíamos casi al unísono al que hiciera más ruido y lograra el objetivo de ser atendido primero que los demás. Precisamente así es el microtráfico. Donde venduteros, chiriperos, jornaleros, consumen el estipendio del día en su respectivo ‘’punto’’, eso sí, nada de fiao, ni apúnteme eso en el cuaderno hasta el treinta.
Recuerdo en mi Diario, la ocasión que demandábamos mano de obra adicional para asuntos rudimentarios. Debíamos terminar ese proyecto en dos días. Le comisioné a un supervisor buscar en el barrio algunos jóvenes para la ardua tarea. A las siete de la noche, hacíamos una parada para la cena, la cual pagábamos en efectivo. Notamos que algunos volvían como autómatas. Cuestioné sobre este cambio de comportamiento, el supervisor me respondió -Señor la droga- Le riposté: Caramba Oscar y ¿qué es lo que usted ha traído? –Señor es lamentable, pero esa es la realidad-
Por lo visto y leído en las noticias, en cualquier sector, no importa la clase social, es fácil conseguir sustancias alucinógenas. Los ‘’puntos’’ de expendio están a la vista de todos. A veces custodiados por autoridades. Anteriormente estas noticias escandalizaban. Antes eran denunciadas por juntas de vecinos hasta que los mismos observaron la ineficiencia o complicidad de los agentes. Aún quedan algunos valientes. Un remanente de hombres y mujeres que no se han doblegado a las huestes del mal. Vecinos honorables que aspiran que la tranquilidad y seguridad vuelvan a sus sectores. Curas, pastores, líderes comunitarios, deportivos, artísticos, claman como voces solitarias en el desierto por la paz anhelada. Gracias a estos héroes anónimos, algunos políticos y policías serios (pocos) y a medios de comunicación responsables, hoy la R.D. no es tierra de nadie.
Protejamos a nuestros niños y adolescentes. Las drogas, se combaten con oportunidades. Ahora que los políticos escudriñan desesperadamente el voto de la juventud. Desde Fuaquiti proponemos: Primero: regular en horario de adultos el narco novelas; algunas de ellas vitrinas del lujo y glamur de los capos y patrones de por sí efímeros (aun ellos víctimas de su propio sistema). Segundo: aprobar la ley del primer empleo. Tercero: escoger cien barrios de los denominados ‘’calientes’’ y bajo firma notarial, entre los candidatos y comunitarios, firmar un acuerdo de buena fe, entre candidatos y comunitarios listando diez problemas imperiosos y sus soluciones. En coordinación con la alcaldía y ministerios.
El aspirante a residir en el palacio de la Dr. Baez para el próximo cuatrienio que se comprometa a realizar estas ‘’visitas sorpresas’’ a los cien sectores bajo acuerdo. Se casará con la gloria. Este sería su mejor regalo de San Valentin.
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